El Papa recibe a los obispos venezolanos para respaldarles ante una crisis que se agrava

El Papa Francisco ha recibido el jueves a la cúpula de la Conferencia Episcopal y a los dos cardenales de Venezuela en un intento de respaldarles ante la crisis en la que se está hundiendo su país con unas perspectivas cada vez mas dramáticas.

El Vaticano desea apoyarles, pero el problema es que no tiene muchas bazas de peso ante un presidente que asesina manifestantes desarmados. El número de muertos desde comienzos de abril asciende ya a 66 y el de heridos supera el millar.

El encuentro con los cinco prelados con más peso en Venezuela ha servido al menos para mostrar la sintonía entre los obispos de ese país y el Vaticano, puesta en duda por agentes políticos del chavismo y también algunos de los diecisiete partidos de oposición, pues las dos partes han intentado manipular al Papa.

El presidente de la conferencia episcopal, Diego Rafael Padrón Sánchez, junto con otros tres obispos y los cardenales de Caracas, Jorge Liberato Urosa Savino, y de Mérida, Baltasar Porras Cardoso, expusieron al Santo Padre una situación cada vez más desesperada.

El Papa sigue insistiendo en dar prioridad a una solución pacífica, en no crispar la situación, y en estudiar modos de aliviar un desastre humanitario sin precedentes en un país rico en petróleo.

Colecta

Uno de los proyectos del Vaticano es una colecta como la que ha convocado el miércoles la Conferencia Episcopal de México, solicitando donativos a los católicos mexicanos para aliviar «la catástrofe humanitaria en la que están sumergidos nuestros hermanos», agravada por la negativa del gobierno a dejar entrar productos de primera necesidad y medicinas. El dinero de México será enviado a través de un banco alemán al que tiene acceso el episcopado venezolano.

En cuanto a los pasos necesarios para salir de la crisis antes de que se torne en tragedia total, la postura del Vaticano es la misma que la de los obispos de Venezuela: devolución de los poderes al parlamento, convocatoria de elecciones, liberación de presos políticos, permiso para la entrada de ayuda humanitaria, y abandono del proyecto de convocar una asamblea—títere para cambiar la Constitución.

Durante el encuentro, que duró media hora, los obispos entregaron al Papa información detallada sobre los manifestantes muertos en las protestas y las cifras de la crisis humanitaria: faltan medicinas, alimentos y productos de primera necesidad. El 82 por ciento de los venezolanos vive en la pobreza y la inflación está en el 700 por cien, la más alta del mundo.

Según ha manifestado el cardenal de Caracas, Jorge Liberato Urosa Savino a la agencia Zenit, «el Papa nos alentó a seguir adelante con nuestro trabajo pastoral, con el acompañamiento al pueblo en estos momentos difíciles y, por supuesto, a ayudar a buscar la convivencia y la paz. Esas son las líneas fundamentales».

El cardenal de Caracas ha añadido que los presos políticos eran un centenar «pero ahora son muchos más, porque el Gobierno llevó a muchos manifestantes a la cárcel».