El presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges
El presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges - AFP

La oposición no abandonará la sede de la Asamblea Nacional

Mantiene la protesta y celebra una marcha por los 15 asesinados en el fin de semana

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La Asamblea Nacional, mayoritariamente opositora, celebró ayer una sesión parlamentaria en su sede habitual. Lo hizo pese a que el régimen de Nicolás Maduro logró salirse con la suya al imponer el domingo la Asamblea Constituyente en unos comicios dudosos y cuestionados tanto por parte de la oposición como por la comunidad internacional. Durante la sesión, el presidente del Parlamento, Julio Borges, aseguró que la Asamblea seguirá legislando sin abandonar su sede, pese a la amenaza de Maduro de aplastar al Legislativo y quitar la inmunidad a los 167 diputados, incluidos los 62 del bloque oficialista.

Así las cosas, en el país se recuperaba ayer una mínima normalidad tras un fin de semana sangriento en el que fueron asesinados 15 manifestantes con armas de fuego por bandas paramilitares y pistoleros en diferentes ciudades del país, principalmente en los estados de Mérida y Táchira.

Pero también se percibe un cierto cansancio en la resistencia popular. En una esquina de la caraqueña Plaza Altamira, el joven estudiante Juan Andrés López, de 28 años, nos asegura que el domingo vio «muy poca gente» votando en los centros electorales. Y, recalca que fue mucho mayor la participación en el plebiscito promovido por la oposición el 16 de julio, en el que votaron 7,6 millones de opositores. Sin embargo, también quiso transmitir la gran frustración que se siente en la calle tras cuatro meses de protestas: «La oposición manda bloquear la calle y no pasa nada. Todo está normal, la gente ya está cansada de hacer más de lo mismo sin que pase nada». Ayer, tuvo lugar otra nueva marcha, en esta ocasión como homenaje a las quince víctimas que dejó la violencia desplegada por el Gobierno durante la votación de la Constituyente.

Ante la frustración que se siente en la calle, Borges insistió: «Venezuela logrará su libertad», al tiempo que condenaba las tampas desplegadas por el régimen: «La realidad política es que ayer el pueblo venezolano derrotó de manera contundente al Gobierno. Ayer el silencio de los venezolanos irrumpió con fuerza para decir que no acepta una Constituyente ilegal, inconstitucional y fuera del marco democrático».

Fraude

En este sentido, Borges precisó que a pesar de las diversas presiones, amenazas y violencia a las que fue sometida una parte de la población, el régimen solo pudo alcanzar dos millones y medio de votos, según las estimaciones de diferentes universidades, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y factores cercanos al oficialismo; y no los ocho millones de los que presumió Maduro. De igual manera, detalló que antes de que Tibisay Lucena anunciara el resultado del proceso, numerosos países, entre ellos, Colombia, Argentina, Perú, Brasil, Panamá, EE.UU. y Canadá así como la Unión Europea, calificaron de fraude el proceso constituyente.

«Esto demuestra que la Constituyente solo significa más hambre, más miseria, menos producción, menos empleo y menos progreso para los venezolanos», subrayó Borges, quien añadió que la derrota del gobierno «nos tiene que dar más fuerza, determinación y entereza para seguir adelante». Por su parte, el expresidente de la AN, Henry Ramos Allup, recalcó que «nosotros vamos a seguir cumpliendo con nuestros deberes aquí y en cualquier lugar».

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