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Familiares de reos esperan información - EFE

Un nuevo motín en una cárcel deja al menos 31 muertos en Brasil

El suceso se produce tan sólo cuatro días después de que 56 reos fueran asesinados en una prisión de Manaos

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Una nueva masacre de presos, la segunda, en la primera semana del año, con otros 31 asesinados, llevó a 93 el número de muertos, en una guerra de facciones criminales al interior de los presidios del norte de Brasil y el control del narcotráfico en las fronteras. La Secretaría de Justicia de Roraima confirmó el asesinato de 33 presos en la madrugada del viernes en la Penitenciaria Agrícola de Montecristo, en el área rural de Boa Vista, la capital de ese estado. Más tarde, la cifra de muertos se rebajó a 31.

Esa prisión es la misma en que, hace menos de tres meses, se encontraron cuerpos degollados y quemados hasta el punto de quedar irreconocibles. La masacre de la primera semana del año, ya se acerca al número de Carandirú, la peor de la historia brasileña, cuando en 1992, la policía ejecutó 111 presos en represión a un motín.

La segunda masacre sería la reacción de la facción criminal Primer Comando de la Capital (PCC), a la primera, que dejó 60 muertos en el comienzo de la semana, en Manaos, estado de Amazonas. En esa carnificina, el bando rival, Familia del Norte (FDN), degolló y quemó hasta la muerte, presos que serían miembros del PCC. En los asesinatos de este viernes, la mayoría de los cadáveres tienen vínculos con el FDN, un brazo del grupo Comando Vermelho (VM), el grupo criminal nacido en los años 70, que es el más antiguo en las prisiones.

Según el diario Folha de São Paulo, el número de muertes en la primera semana del año, ya representa casi un 25 por ciento del total de asesinatos registrados en todo el 2016 (372), lo que tiene en vilo al presidente Michel Temer y su ministerio, especialmente el de Justicia, que buscan una salida para esta situación alarmante. Temer, sin embargo, ha sido bastante criticado por tratar del asunto internamente y mencionarlo sólo cuatro días después, definiéndolo como un “accidente terrible”.

Las críticas incluyen las acciones presentadas, la construcción de cinco presidios que reducirán en apenas 0,4 por ciento el actual deficit de más de 250 mil vacantes, en un sistema colapsado, uno de los principales problemas de estas cárceles. En la penitenciaria de Monte Cristo, por ejemplo, hay 1.398 presos alojados en un área con capacidad para 750. En el complejo penitenciario Compaj, en Manaos, donde ocurrió la primera masacre del año, eran 1.224 presos en un espacio con capacidad máxima para 450, casi tres veces menos.

Las prisiones del norte son la peores de Brasil, donde ya se registraron incluso casos de canibalismo y violaciones en masa. Según datos oficiales, Brasil tiene 622.0000 presos más que el doble de su capacidad, y es el cuarto mayor aprisionador del mundo después de Rusia, China y Estados Unidos.

La violencia ha sido apuntada como uno de los motivos para el surgimiento de facciones criminales que dan ordenes dentro y fuera de las cárceles, como el FDN y el PCC, el mayor de todos y el mismo que en 2006 paralizó la ciudad de São Paulo con una serie de ataques orquestados por móviles desde las celdas.

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