Merkel y Hollande piden construir una unión política en Europa

Ambos mandatarios coordinan su posición antes de que hoy conversen con Trump

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El presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, se reunieron ayer en Berlín para coordinar posiciones, convencidos de que Europa debe hablar con el presidente de Estados Unidos con una sola voz y conscientes de que hay que aprovechar las posibilidades que ofrece este nuevo equilibrio global.

En la rueda de prensa posterior, Merkel llamó a la unidad de los socios comunitarios para «avanzar conjuntamente» en una «nueva Europa» ante los «grandes desafíos internos y externos» a los que se enfrenta el proyecto nacido hace sesenta años. Esa misma expresión, una «nueva Europa», fue utilizada también por Hollande, que mencionó la «necesidad de una nueva Europa para un mundo incierto».

Ante la próxima cumbre europea de Malta y la reunión en que se conmemorará el 60 aniversario del Tratado de Roma, que dio origen a la UE, ambos coincidieron en que es el momento de poner en valor todo lo logrado, los beneficios de la cooperación, así como de dar nuevos pasos en las prioridades fijadas en septiembre en Bratislava, donde los 27, ya sin el Reino Unido, se comprometieron a avanzar en la protección de las fronteras exteriores, en seguridad, en la creación de puestos de trabajo para los jóvenes y en el mercado único digital.

Hollande habló de «cambios dramáticos en el marco global» y dijo que «Europa, hoy más que nunca, debe ser política».

Un ejército europeo

Tanto el equipo diplomático de Merkel como el de Hollande comienzan a ver el reto Trump desde la perspectiva de las oportunidades que ofrece para Europa. Ahora que EE.UU. se dispone a dar un paso atrás, deja un vacío de liderazgo global que la UE podría ocupar si reacciona a tiempo en materias como seguridad y defensa, inmigración y alianzas comerciales. En círculos gubernamentales se evita la palabra «liderazgo», sustituida por «responsabilidad», y se aleja la imagen de una superpotencia, en beneficio de la de «un agente activo e influyente en la escena global».

«EE.UU. no tiene ya una estrategia de política global predecible», ha señalado Werner Weidfeld, coordinador de las relaciones germano-estadounidenses durante más de una década, en tiempos de Helmut Kohl. «Lo que estamos viendo es cómo surge una nueva arquitectura internacional y los europeos tienen la oportunidad de jugar un papel destacado si superan sus diferencias y actúan con rapidez». Weinfeld cree llegado el momento de un ejército europeo, a pesar de que los gobiernos nacionales se esfuercen por evitar escrupulosamente esa fórmula, y recuerda que el gobierno francés hizo oficialmente esa propuesta en 1950, con el beneplácito estadounidense y con el visto bueno del Bundestag alemán, aunque la propuesta encalló en el parlamento francés en 1954.

Esta misma semana, Alemania ha acordado con China una mayor cooperación comercial y ha allanado el camino a un acuerdo de inversiones entre China y la UE

Además, cuanto más proteccionista se vuelva la administración Trump, más oportunidades habrá de beneficiarse del aislamiento de EE.UU. Esta misma semana, Alemania ha acordado con China una mayor cooperación comercial y ha allanado el camino a un acuerdo de inversiones entre China y la UE, según ha confirmado el portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert. Merkel y el primer ministro chino, Li Kequian, mantuvieron una conversación telefónica tras hacerse públicos los postulados proteccionistas del nuevo presidente de EE.UU. y ambos estuvieron de acuerdo en que esa negociación ha de avanzar «lo más rápidamente posible». Y todo esto ha de suceder, según Berlín, sin perder la relación fluida con Washington, que acaba de retroceder varias décadas en su percepción de Europa. John Kornblum, que fue embajador norteamericano en Berlín y sigue asesorando al gobierno en relaciones trasatlánticas, reconoce que vuelve a percibirse a la UE como una comunidad difusa en la que «la Alemania de Merkel es un agente reconocible» y «debería convertirse en un nudo estratégico que integra un nuevo tipo de política, de seguridad y economía, un vínculo para redes de información y logística», en un mundo en el que «los partidos políticos pierden importancia» y en el que «los datos son el activo más valioso».

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