Merkel aboga por reformar el derecho de asilo europeo

«Hemos logrado mucho en estos años, pero tenemos que luchar contra las causas de la migración en origen y dar un futuro a la gente en sus países», ha dicho hoy la canciller alemana

La canciller alemana Angela Merkel, a su llegada al encuentro con los medios esta mañana en Berlín EFE

ROSALÍA SÁNCHEZ

En su tradicional rueda de prensa de vuelta de vacaciones de verano, la canciller alemana Angela Merkel ha valorado muy positivamente el encuentro mantenido ayer en París con los jefes de gobierno de Francia, España e Italia y ha citado expresamente la aportación española, subrayando la gran experiencia de nuestro país sobre el asunto. El encuentro ha servido para reforzar líneas de trabajo anteriormente iniciadas, como la lucha contra los traficantes de personas y la ayuda para mejorar las condiciones humanitarias de los retenes de inmigrantes en países africanos. Merkel ha visto reafirmada, además, la necesidad de reformar el convenio europeo denominado Dublín III , el que establece que los refugiados están obligados a solicitar asilo y permanecer en el primer país europeo en el que ponen los pies.

«Dublín III debe reformarse. Hemos logrado mucho en estos años pero tenemos que luchar contra las causas de la migración en origen y dar un futuro a la gente en sus países», ha dicho, justificando su decisión unilateral de prescindir del convenio hace ahora dos años. «Está claro que en el verano de 2015 había una situación de excepción humanitaria. Por eso fue importante y correcto que dejásemos en suspenso el protocolo de Dublín en esa situación, pero Europa todavía no ha hecho sus deberes », ha dicho, insistiendo en que el bienestar de Europa depende del bienestar en los países vecinos.

En plena crisis migratoria la canciller alemana decidió suspender temporalmente este tratado sin consulta parlamentaria previa ni acuerdo con el resto de países de la UE, para poder agilizar las peticiones de asilo de los migrantes que llegaban a las costas europeas, en su mayoría sirios con intención de ingresar en Alemania. Posteriormente, en noviembre de 2015, el portavoz de gobierno informó que la suspensión solo afectaba en esa fecha a los refugiados llegados a través de Grecia, pero que el protocolo volvería a aplicarse y que Alemania tenía intención de devolver a los refugiados a los países correspondientes, repatriaciones que después han sido imposibles en la práctica en la mayoría de los casos.

El partido antieuro y antiextranjeros Alternativa para Alemania (AfD) no está dispuesto, sin embargo, a dejar así las cosas . Inmersos ya en la campaña electoral, una de sus líderes, Alice Weidel, ha anunciado que tiene intención de exigir una comisión parlamentaria que examine la suspensión unilateral de Dublín III y ha señalado la necesidad de que Merkel responda personalmente ante los tribunales por haber hecho caso omiso a una normativa vigente.

«Se trata de un fenómeno transnacional que ningún país puede gestionar en solitario», ha resumido Merkel las conclusiones de la reunión de París, reiterando que el «criterio humanitario» no puede ser expulsado de las decisiones sobre inmigración y asilo y deseando que la situación pueda regularizarse cuanto antes.

Críticas a Erdogan

A lo largo del encuentro, de cerca de dos horas de duración, Merkel ha repasado los principales temas de campaña, dedicando palabras especialmente duras a Alexander Gauland , candidato de AfD, cuyas declaraciones recientes sobre la subsecretaria de Inmigración ha calificado de «racistas». También se ha mostrado muy crítica con el gobierno turco de Erdogan, al que ha exigido de nuevo y «claramente» la liberación de los ciudadanos alemanes que se encuentran en prisión provisional en Turquía «sin justificación», instando a Ankara a respetar los principios del Estado de Derecho. Ha reconocido que las relaciones bilaterales con Turquía atraviesan una «fase complicada» y ha adelantado que, para que mejoren, «es necesario que se respeten los principios del Estado de Derecho» que su Gobierno «no ve en estos momentos garantizados en el país».

A pesar de ello, Alemania ha alentado un pacto ente la UE y Turquía por el que, a cambio de mantener cientos de miles de refugiados en su territorio, el gobierno de Ankara ha recibido ayudas por 3.000 millones de euros. Preguntada por la línea moral que permite a Alemania colaborar tan estrechamente con países que no garantizan el Estado de Derecho, Merkel ha dado una respuesta pragmática: «No trabajamos con situaciones ideales, sino con situaciones reales. Mi línea moral es que lo que hago tiene que servir para que las cosas queden después mejor de lo que estaban antes para un número considerable de personas. Si eso se logra, creo que ha merecido la pena».

Campaña aburrida

Merkel ha restado importancia además a las críticas reiteradas a la balanza comercial alemana, cuyo superávit sigue batiendo récords, diciendo que «yo no lo veo como algo dramático» y también ha quitado importancia al mantra de los medios de comunicación alemanes, que se quejan de que esta campaña electoral está siendo «muy aburrida». «Yo no me aburro», ha respondido la canciller. «Todo depende de lo que entendamos por campaña. Hay quien entiende que es bronca y confrontación. No es lo mío. Yo entiendo que es un tiempo en el que reforzamos con más formatos el contacto con el ciudadano para explicarle los retos que tenemos ante nosotros y cómo creemos cada uno que debemos prepararos para el futuro. Les aseguro que para mí es muy interesante acercarme a la gente y hablar de todo aquello que les interesa, como estamos haciendo ahora mismo».

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