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Una ambulancia asiste a los heridos por el ataque - AFP

Un joven refugiado afgano hiere a tres personas a hachazos en un tren al grito de «Alá es grande»

Era un solicitante de asilo, y el Ministerio de Interior de Baviera ve un «ataque yihadista»

Corresponsal en Berlín Actualizado: Guardar
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Un joven refugiado afgano, de 17 años de edad, subió anoche a un tren regional que circulaba entre Treuchtlingen y Würzburg, en Baviera, en el sur de Alemania, y poco después de que se cerrasen las puertas del vagón y el tren se pusiese en marcha, empuñó en una mano un hacha, en la otra un cuchillo de cocina, y comenzó a atacar indiscriminadamente a los pasajeros, hiriendo de gravedad a tres personas. Al tiempo que se abalanzaba contra los ocupantes del vagón, gritaba, según declararon varios testigos, «Alá u-Akbar» (Alá es grande), según informaciones recogidas por el diario «Bild».

El ministro de Interior de Baviera, Joachim Hermann, confirmó más tarde que un comando especial de la Policía intervino haciendo parar el tren a la altura de la localidad de Heidingsfeld y dio el alto al atacante, que intentó huir a la carerra y fue de inmediato abatido a tiros.

Además de los tres heridos graves, otras quince personas requirieron atención médica, una de ellas con heridas leves y el resto por conmociones o psicológicamente afectadas.

Las causas del ataque no han sido todavía esclarecidas, aunque el departamento bávaro de Interior consideraba al cierre de esta edición muy posible la motivación «yihadista». El joven atacante, con petición de asilo registrada en la ciudad de Ochsenfurt, «no hablaba alemán», declararon los ocupantes del tren.

Las autoridades de inmigración no se habían percatado de su radicalización y al parecer no era uno de los varios cientos de potenciales terroristas que la inteligencia alemana considera que han entrado en el país camuflados entre el flujo de refugiados, muchos de ellos con destino final en otros países de Europa.

Con una familia de acogida

En declaraciones a la primera cadena de la televisión pública ARD y a la emisora regional BR, Joachim Hermann explicó que el joven llegó a Alemania en solitario, como solicitante de asilo, y vivía actualmente con una familia de acogida en Ochsenfurt, pequeña localidad situada a unos veinte kilómetros de Wurzburgo. Preguntado por una posible motivación islamista tras el ataque, el responsable de Interior bávaro señaló que «evidentemente hubo alguna exclamación en ese sentido» por parte del joven, pero no quiso ofrecer más detalles por lo incipiente de la investigación. Oliver Platzer, portavoz del ministro, aseguró por su parte que «es bastante probable que se trate de un atentado islamista».

La agresión, según el relato del responsable de Interior, tuvo lugar en torno a las 21.15 horas. Varios de los ocupantes del vagón, objeto del ataque, pudieron avisar a la Policía y al maquinista del convoy, que detuvo el tren en Heidiingsfeld, uno de los barrios de Wurzburgo.

Trató de huir a la carrera

El joven afgano abandonó entonces el vagón e intentó huir a la carrera, pero fue abatido por un comando de las fuerzas especiales de la Policía que se había desplegado en la zona.

Los tres heridos graves fueron trasladados al hospital, mientras que el resto de pasajeros que resultaron ilesos, una quincena de personas, fueron atendidos en el mismo lugar de los hechos, a donde se desplazaron varias patrullas policiales y numerosas ambulancias.

Las autoridades alemanas se muestran sumamente cautas a la hora de calificar este tipo de ataques, ya que el precedente registrado en mayo pasado fue atribuido a un yihadista, cuando posteriormente se demostró que se trataba de un desequilibrado sin relación alguna con círculos extremistas islámicos.

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