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Imagen de archivo - Reuters

Más de 40 inmigrantes, entre ellos niños, mueren de sed abandonados en el desierto de Níger

Quedaron varados en un remoto paraje de Níger en su viaje hacia Libia

El Cairo Actualizado: Guardar
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Abandonados en el desierto, muertos de sed: más de cuarenta inmigrantes -entre ellos varios niños de corta edad- procedentes de países subsaharianos han muerto en el desierto al norte de Níger tras quedar varados en su camino hacia Libia, han confirmado fuentes de la Cruz Roja local. Según el testimonio de los supervivientes, el camión en el que viajaban habría sufrido una avería, dejando a los inmigrantes morir de sed en pleno desierto del Sáhara.

Sólo seis mujeres lograron alcanzar un pueblo del área, en el norte de Níger y el borde del desierto saharaui, donde relataron su ordalía y la muerte de al menos 44 de sus compañeros, la mayoría de países de África Occidental como Ghana y Nigeria, apunta el diario local Sahelien.

Entre las víctimas habría tres bebés y dos niños.

El alcalde de la localidad de Agadez, en la zona donde se ha producido el macabro hallazgo y considerada la capital africana del tráfico de personas, Rhissa Feltou, ha confirmado la muerte de los 44 inmigrantes «por el momento», dejando implícito el aumento de la cifra de víctimas. Según han señalado oficiales nigerino a varias agencias de comunicación, se ha enviado un equipo para encontrar el camión averiado y los cuerpos de los migrantes muertos.

Niger es pais de tránsito en una de las principales rutas migratorias desde África Subsaharia hacia Libia o Argelia, desde donde más tarde intentan cruzar el Mediterránero hacia Europa, explican desde la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Entre febrero y junio de 2016, al menos 300.000 personas cruzaron el país africano, la mayoría hombres jóvenes de Senegal, Nigeria, Gambia, Mali u otros países de África Occidental. Muchos perecen en el desierto, acosados por el calor y la sed, o caen en redes de tráfico de personas, que aprovechan la porosidad de las fronteras y la dificultad de controlar el desierto, que se extiende por todo el norte del país. Traficantes de personas organizan viajes en camiones o furgonetas sobrecargadas, donde los inmigrantes se hacinan con apenas agua. El pasado junio, los cuerpos de 34 inmigrantes, incluidos 20 niños, fueron hallados en el desierto del Sáhara, cerca de la frontera nigerina con Argelia. Según el Gobierno del país, habrían muerto de sed y sus cuerpos fueron abandonados por el contrabandista.

Un informe divulgado en 2016 por 4mi, filial del Consejo Danés para los Refugiados, advirtió de que el desierto se cobra más vidas de migrantes que el mar, según los testimonios de los supervivientes.

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