Manuel Valls, en la presentación de su programa hoy en París
Manuel Valls, en la presentación de su programa hoy en París

Manuel Valls presenta su «giro a la izquierda» para aspirar al Elíseo

El ex primer ministro socialista defiende ahora proyectos contrarios a los que aplicó al frente del gobierno

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Manuel Valls, aspirante a la candidatura socialista para la presidencia de la República, tiene un programa distinto a su proyecto al frente del gobierno, mientras sus rivales al liderazgo socialista tienen programas paralelos. La confusión que esto anuncia inquieta a los históricos del socialismo francés.

Como primer ministro, Valls solo pudo gobernar recurriendo sistemáticamente a sucesivos decretazos, aplicando el artículo 49.3 de la Constitución, que permite aprobar un proyecto de ley incluso si no existe mayoría parlamentaria. Aspirante a la candidatura socialista, en las elecciones primarias del 22 y el 29 de este mismo mes de enero, Valls propone suprimir ese mismo artículo con el que pudo imponer una reforma laboral rechazada por una mayoría parlamentaria socialista.

Como primer ministro, Valls intentó mal que bien cumplir con los compromisos de Estado ante el Pacto fiscal europeo (recortar el déficit, la deuda, etcétera).

Ahora, Valls utiliza promesas muy costosas en términos presupuestarios: incrementar un 2 % el presupuesto de la Defensa, crear 5.000 nuevos puestos de policías y gendarmes, crear 10.000 puestos de funcionarios de prisiones, revalorizar el poder adquisitivo, crear una «renta social decente», creación de una «renta de autonomía» para los jóvenes de 18 a 25 años… Se trata de promesas tradicionales, con un costo considerable para las cuentas del Estado.

A la misma hora que Valls presentaba su «giro a la izquierda», destinado a conquistar a los electores de la primaria socialista, uno de sus rivales, Vicent Peillon, presentaba un programa muy semejante, poniendo más énfasis, quizá, en la dimensión europea de la crisis francesa. Peillon, como Hollande, durante la campaña de 2012, cree posible una política de izquierdas dentro de la zona euro, y hace la misma promesa incumplida por Hollande: renegociar y reequilibrar las relaciones políticas dentro de la zona euro.

Valls intenta maquillar su imagen tradicional de «socialista de derechas», Peillon aspira a encarnar la auténtica izquierda. Hay otros rivales, con aspiraciones muy semejantes: Arnaud de Montebourg, ex ministro de Economía, defiende un «socialismo patriótico», con muchos flecos nacionalistas, veladamente hostiles a la zona euro. Benoît Hamon, ex ministro de Educación, defiende un modelo «auténticamente» socialista y ecologista.

Valls, Peillon, Montebourg y Hamon representan visiones muy distintas de un modelo socialista por inventar, pero tienen algo muy profundo en común: todos formaban parte del equipo gubernamental de Lionel Jospin, ex primer ministro socialista, entre 1997 y 2002. Ninguno de ellos ha olvidado que su gran mentor, Jospin, fue el gran favorito de las presidenciales de 2002, finalmente eliminado en la primera vuelta electoral por Jean-Marine Le Pen, líder de la extrema derecha.

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