En Libia se concentran miles de personas que esperan a embarcarse para alcanzar las costas europeas a través del mar Mediterráneo
En Libia se concentran miles de personas que esperan a embarcarse para alcanzar las costas europeas a través del mar Mediterráneo - REUTERS

Francia planea abrir centros de solicitud de asilo en Libia

Libia es el principal puerto de salida del Mediterráneo y donde más operan las mafias de tráfico de personas

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Más de 110.000 personas han cruzado el Mediterráneo desde Libia a Europa en los primeros seis meses de 2017, y se espera que otros 100.000 más lo intenten en los próximos meses, según la OIM. El flamante presidente francés, Enmanuel Macron, tiene entre sus prioridades el control de la emigración ilegal y los flujos migratorios, para lo que ha propuesto la apertura en Libia de centros de solicitud de asilo que disuadan a los migrantes de cruzar el Mediterráneo.

«Crearemos los medios para tratar demandas de asilo sobre suelo africano en mejores condiciones, para evitar que familias enteras tomen riesgos y, a veces, pierdan la vida», señaló ayer durante una visita a un centro de acogida de refugiados en el Orleans.

Según Macron, una misión francesa estudiará la viabilidad sobre el terreno de la apertura de centros de tramitación de solicitudes de asilo «este verano». El primer país, Libia, principal puerto de salida en el Mediterráneo y donde las mafias de tráfico de personas florecen gracias al conflicto interno.

Estos centros se encargarán de «evitar que la gente corra riesgos demenciales cuando de hecho no reúnen condiciones para ser elegibles como solicitantes de asilo». La puntualización no es baladí: en declaraciones a la prensa el mes pasado, Macron insistió en distinguir entre refugiados de la guerra e inmigrantes por causas económicas, dejando claro que Francia no admitirá solicitantes de asilo que huyan del hambre y la pobreza.

Entre 800.000 y un millón de inmigrantes permanecen atrapados en Libia en condiciones «dantescas», según informes de organizaciones internacionales y testimonios de las víctimas, hacinadas y maltratadas en los más de 30 centros de internamiento del país. Muchos pasan de mano en mano de traficantes contrayendo deudas para pagar su viaje a Europa, en un «moderno mercado de esclavos», según denunció la ONU. Aunque la Unión Europea ha ofrecido entrenamiento a los guardacostas libios, no han logrado controlar la que es la ruta más peligrosa a Europa: más de 2.300 personas han fallecido este año ahogados en el Mediterráneo Central.

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