Isa Mustafa, primer ministro de Kosovo
Isa Mustafa, primer ministro de Kosovo - AFP

Kosovo no logra los votos suficientes para ingresar en la Unesco

El Gobierno se ha congratulado hoy de que se haya cumplido la legalidad internacional después de que la Conferencia General de la Unesco votara en contra de aceptar a Kosovo como miembro de esta organización

PARÍS/MADRID Actualizado: Guardar
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La Conferencia General de la Unesco votó en contra de aceptar a Kosovo —que en 2008 proclamó una independencia que Serbia no reconoce— como miembro de la organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, al no recibir el respaldo de dos tercios del pleno. El ingreso de Kosovo en el seno de esa agencia de la ONU recibió 92 votos a favor, 50 en contra y 29 abstenciones, mientras que 15 países no acudieron a la votación, por lo que no alcanzó el apoyo mínimo necesario de 95 Estados. La independencia de Kosovo es reconocida por más de cien países, entre ellos Estados Unidos y la mayoría de los socios de la UE, pero no por España, China, Rusia, Brasil y la India, entre otros.

Fuentes diplomáticas españolas han informado a Efe de que el Gobierno se congratula de que se haya c umplido la legalidad internacional con Kosovo ingreso de Kosovo en el seno de esa agencia de la ONU. Este hecho dará tiempo para que el diálogo entre Belgrado (Serbia) y Pristina (Kosovo) logre la normalización de las relaciones entre ambos.

uropeTras la secesión unilateral, como antigua provincia de Serbia, Kosovo continúa vegetando en un limbo diplomático internacional, confirmado por la Conferencia general de la Unesco. La embajadora de España en la UNESCO, María Teresa Lizaranzu, recordó uno de los principios cardinales del sistema diplomático internacional: el «respeto del principio territorial de los Estados». Norma que garantiza los derechos fundamentales de los ciudadanos contra el «bonapartismo secesionista» umplido la legalidad internacional con Kosovo de las minorías mesiánicas partidarias de imponer sus visiones y criterios en contra de las mayorías cívicas y las reglas institucionales donde se fundan todas las libertades colectivas.

El funcionamiento práctico de la ONU y la UNESCO ha permitido la demanda y rechazo del ingreso kosovar. En el caso de la UE, el ingreso de un nuevo miembro está regulado por tratados mucho más rígidos y estrictos: basta que un Estado miembro de la UE rechace una candidatura, para que cualquier pretensión de «ingreso» quede automáticamente descartada y rechazada.

Kosovo no podrá someterse de nuevo a votación hasta la próxima Conferencia General de la organización, que se celebrará dentro de dos años, informaron fuentes de la Unesco.

Los movimientos diplomáticos de los últimos días anunciaban un vivo debate entre quienes quieren formalizar el reconocimiento internacional de Kosovo con su integración en la organización y quienes lo rechazan. Entre estos últimos figuran en particular Rusia y Serbia, que han realizado una activa campaña para evitar el ingreso kosovar en la Unesco.uropea

Para que la iniciativa del ingreso de Kosovo —que había sido lanzada originalmente por Albania— saliese adelante, tenía que haber recibido el apoyo de al menos dos tercios de los países presentes en la Conferencia General y dos tercios también de los votantes.

La entrada en la Unesco no significaría el reconocimiento de Kosovo como país soberano por parte de Naciones Unidas.

Kosovo no podrá someterse de nuevo a votación hasta la próxima Conferencia General de la organización, que se celebrará dentro de dos años, informaron fuentes de la Unesco.

Los movimientos diplomáticos de los últimos días anunciaban un vivo debate entre quienes quieren formalizar el reconocimiento internacional de Kosovo con su integración en la organización y quienes lo rechazan.

Entre estos últimos figuran en particular Rusia y Serbia, que han realizado una activa campaña para evitar el ingreso kosovar en la Unesco.

Para que la iniciativa del ingreso de Kosovo -que había sido lanzada originalmente por Albania- saliese adelante, tenía que haber recibido el apoyo de al menos dos tercios de los países presentes en la Conferencia General y dos tercios también de los votantes.

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