Los jubilados se rebelan contra los recortes de Macron

Miles de pensionistas rechazaron ayer en Francia la pérdida de poder adquisitivo

Manifestación de jubilados en el centro de París EFE

JUAN PEDRO QUIÑONERO

Miles de jubilados se han manifestado este jueves en toda Francia, considerándose víctimas de la nueva política fiscal de Emmanuel Macron y temiendo una caída significativa de su poder adquisitivo y nivel de vida. El Gobierno anunció en su día una subida del 1,7 % de la Contribución Social Generalizada (CSG), un impuesto especial concebido en 1990 para contribuir a la financiación del sistema nacional del pensiones. Ese incremento afectará al 60% de los 16 millones de pensionistas franceses, que cobran una media de 1.400 euros mensuales. Las pensiones subirán este año un 0,8% tras varios ejercicios de subidas inferiores. Los 7,6 millones de afectados por la subida de la contribución perderán entre 150 y 250 euros mensuales, un «recorte seco» que impactará en la economía de los jubilados con rentas medias.

Conscientes de la impopularidad de la subida de la CSG, los sindicatos han convocado el jueves un largo rosario de manifestaciones, con un carácter simbólico inflamable. Macron quizá ha ganado a los sindicatos la primera batalla de su reforma laboral, impuesta con ordenanzas, un modelo francés de «decretazo». Pero el Gobierno deberá acometer ahora reformas más complejas, como la fiscalidad y el sistema de pensiones, un «rompecabezas» para todos los presidentes desde 1995.

Bomba política

Los 16 millones de pensionistas franceses son un sector relativamente privilegiado. Y una «bomba» política potencial. La edad oficial de jubilación, en el sector privado está en 62 años, que asciende hasta los 67 si no se cotizó. Pero en el sector público el cese definitivo de toda actividad comienza en muchos casos a los 58-59 años. Para cobrar la jubilación completa son necesarios entre 165 y 172 trimestres, para los nacidos entre 1952 y 1973. Con el aumento de la esperanza de vida y la crisis económica, la financiación de las pensiones es un problema nacional desde hace años. En Francia, la esperanza de vida es de 82 años. Jubilados a los 60-62, los franceses pueden beneficiarse de más de 20 años de vida inactiva, con un costo creciente para los presupuestos del Estado. Las pensiones suponen en torno al 15 % del PIB. Sucesivos gobiernos de izquierda y derecha han realizado reformas, pero parciales.

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