Un grupo de yihadistas, en Siria en 2014
Un grupo de yihadistas, en Siria en 2014 - AFP

Jóvenes, varones, parados, drogadictos y delicuentes, así son los radicales noruegos

Los servicios de inteligencia trazan el perfil del extremista

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Desempleo, abandono escolar, drogadicción y un pasado de delincuencia son los factores claves para la radicalización islamista en Noruega, según un estudio en profundidad que presentaron esta semana los servicios de inteligencia, Politiest Sikkerhetdtjeneste (PST), de este país.

El estudio que ha llevado a cabo el PST muestra que el extremismo en el contexto de Noruega atrae especialmente a jóvenes varones con un pasado problemático ya que el 68 por ciento de los radicales son personas que han estado involucradas en actividades delictivas. Casi la mitad delinquió al iniciar la adolescencia y su ficha está en los archivos policiales. Además, el nivel de su educación es muy bajo, apenas el 40 por ciento terminó la escuela secundaria, un nivel de estudios que, en Noruega, es considerado clave para poder conseguir un empleo.

No es de extrañar, por tanto, que tres cuartas partes de los extremistas analizados se encuentren en situación de desempleo o realicen trabajos esporádicos. En la presentación del estudio sorprende también el hecho de que uno de cada cinco radicales es huérfano y perdió a sus padres en la infancia.

Por nacionalidades, el 76 por ciento tiene pasaporte noruego, aunque la mayoría emigró durante su infancia desde zonas conflictivas, y uno de cada cinco extremistas es un noruego convertido al islam. «Podemos ver que los de etnia noruega están muy representados y, cuando miramos su perfil, vemos los mismos factores de vulnerabilidad. Dificultad de acceso al mercado laboral, bajos resultados escolares, abuso de sustancias y criminalidad han hecho a estas personas vulnerables a la radicalización», explica la directora del PST, Marie Benedicte Bjørnland.

La guerra en Siria

El estudio reveló también que el conflicto de Siria fue el detonante que empujó a muchos de ellos a la radicalización y puso de manifiesto que el extremismo en este país escandinavo difiere de otros lugares, como Francia o Bélgica, en que no se trata de un fenómeno de segunda generación.

Con este estudio, los servicios de inteligencia noruegos creen que la lucha contra la marginación y la delincuencia puede evitar la radicalización y prevenir atentados terroristas y consideran que es necesaria una implicación de psicólogos, escuelas, servicios de la infancia, ONGs y mezquitas para evitar que los jóvenes se vean atraídos por la violencia. Para Bjørnland, los ataques terroristas llevados a cabo en otros países de Europa pueden servir de inspiración a la gente más vulnerable y considera que, aunque el nivel de amenaza en Noruega es diferente, no se pueden descartar atentados en el país.

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