La foto de un niño guaraní bebiendo agua de un charco que indigna al mundo

La imagen retrata a una figura de complexión similar a la del niño de la selva, de los dibujos animados, pero vestido con bermudas, camiseta de rayas y algo excepcional, con zapatillas (lo usual son chancletas o que vayan descalzos)

Foto tomada por Misiones Online MISIONES ONLINE
Carmen de Carlos

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Son comunidades pequeñas, no acostumbran a establecerse en grandes aglomeraciones ni a convivir con muchos de los suyos. La tendencia es formar grupos de cinco ó seis familias y hacer su vida de acuerdo a sus costumbres. Se esparcen por diferentes zonas de Paraguay, Brasil, Argentina y en algún sector de Uruguay , todavía se puede descubrir algunos de sus poblados. Son los «mbyá», una escisión del pueblo guaraní que concentra estos días la mirada del país tras difundirse la foto de uno de sus niños bebiendo agua de un charco como un perro.

La imagen retrata a una figura de complexión similar a la del niño de la selva, de los dibujos animados, pero vestido con bermudas, camiseta de rayas y algo excepcional, con zapatillas (lo usual son chancletas o que vayan descalzos). Como un animalito, el crío abreva sobre un tramo de acera, hábito cotidiano en el campo o los campamentos de las laderas de las montañas. Esta comunidad se resiste a integrarse en sociedad y su empadronamiento resulta aproximado. A este niño se le vio en Posadas , en la provincia de Misiones, donde la inmensidad de las cataratas de Iguazú sorpendió a jesuitas, conquistadores y sigue dejando admirado al planeta.

Una periodista del Misiones on line capturó el momento. La instantánea reflejaba una escena repetida en diferentes plazas de la ciudad en estos días pre navideños. El calor en la zona resulta sofocante y los niños de estos poblados bajan a la ciudad a pedir limosna. Su actividad resulta lucrativa para sus padres y adultos, que los explotan y, finalmente, viven a sus costillas. Los intentos de las autoridades por asistirles, escolarizarlos y darles una vida digna en la sociedad son rechazados sistemáticamente. En ocasiones, según Misiones on line. se les aparta de la mendicidad y les trasladan de nuevo a sus poblados pero al poco tiempo regresan a poner la mano y cómo se aprecia en la foto, a beber agua de los charcos.

Los mbyá no son un pueblo ignorante aunque sí poco permeable al desarrollo. Algunos hablan hablan varios idiomas, el guaraní puro, un derivado de éste que es el suyo propio, portugués y el español. Esto es, la lengua materna y la de los sitios por los que han estado. En Argentina se estima, según la encuesta de pueblos indígenas (ECP1) realizada entre el 2004 y el 2005, que habría algo más de 8.000 o, al menos, ese es el número que declara pertenecer o descender de los mbyá. De estos, la mitad vive en comunidades esparcidas por Misiones y el resto en otros puntos del país.

La organización social de estas comunidades, habitualmente de no más de seis familias, está sometida a la autoridad del cacique, « mburuvichá» o «pai », según donde se radiquen. Tradicionalmente se dedicaban a la pesca, la caza y la recolección de cultivos como mandioca, maíz, batata o calabazas. Son de talante tranquilo y afable y en la zona de Iguazú aprovechan las minas de piedras de colores para fabricar arbolitos con alambres y venderlos a los turistas.

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