Frauke Petry, colíder de Alternativa para Alemania (AfD)
Frauke Petry, colíder de Alternativa para Alemania (AfD) - EFE

La extrema derecha promete una Alemania «libre y patriota»

La Policía detuvo a cientos de izquierdistas que intentaron boicotear el congreso de AfD

Corresponsal en Berlín Actualizado: Guardar
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«¡Dentro los refugiados!¡Fuera los nazis!», gritaba ayer uno de los manifestantes que trataban de bloquear la entrada al centro de congresos de Stuttgart, donde se reunía el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD). La Policía, que protegía la celebración del congreso del partido con un dispositivo de mil agentes, retiró las barricadas de neumáticos ardiendo y disolvió a los violentos con chorros de agua a presión bajo una lluvia de petardos y diversos objetos contundentes que hirieron a varios policías. Las detenciones se contaron por centenares. «¡Terminemos con esa Alemania infectada de rojos y verdes del 68!» respondía dentro del edificio el copresidente de AfD Jörg Meuthen, representante del ala más radical y que sale reforzado de este congreso en detrimento de la moderada Frauke Petry.

«Ya es hora de acabar con una casta política culpable de que en pocos años no podamos reconocer nuestro propio país», clamó.

Si hasta ahora muchos seguidores de AfD comenzaban muchas frases diciendo «yo no soy de extrema derecha, pero…», este congreso ha terminado con esos remilgos. Cuando se afeó a una directiva regional sus contactos abiertos con reconocidos grupos de la escena de la extrema derecha, surgieron abucheos entre los delegados y el asunto se sometió a votación. 991 delegados votaron a favor de contactos con la extrema derecha, el 61,1%. 806 votaron en contra. «Y esto es solo el principio», advirtió Meuthen, apoyándose en los resultados de las recientes elecciones regionales, en las que AfD ha llegado incluso a ser el segundo partido más votado.

«Auténtica oposición»

La mayor parte de los ataques durante los discursos fueron dirigidos a la gran coalición alemana. AfD acusa de «falta de honradez política» al resto de los partidos y a los medios, de forma que se reconoce como «la única auténtica oposición». «Pero no una eterna oposición», añadió Petry, «porque los votantes alemanes desean el cambio y solo falta por llegar el momento electoral preciso». «No está bien, a pesar de los años del nazismo, que Alemania no sea un país orgulloso y patriótico», siguió Meuthen, «y nosotros estamos aquí para que Alemania vuelva a ser un país auténticamente libre y patriótico».

Las encuestas confirman la acogida que estas propuestas está encontrando en el electorado alemán. AfD se consolida como tercera fuerza política de país, según el sondeo de intención de voto Politbarometer de la televisión pública ZDF. La formación, euroescéptica y xenófoba, obtendría hoy un 12% de los votos, solo por detrás de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel (36%) y del Partido Socialdemócrata (SPD) (22%). En el programa electoral que será cerrado en este congreso aparecen propuestas como el abandono del euro y la vuelta al marco, la prohibición de los minaretes y del burka o la eliminación de áreas administrativas. Tras los discursos de ayer, el partido se va perfilando como nacional-social con puntos como la defensa del salario mínimo interprofesional, contra la privatización de seguros de desocupados, el fomento de las familias formadas por padre, madre e hijos y, en materia fiscal, la abolición de los impuestos industriales, de sucesión y sobre el patrimonio.

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