Erdogan refuerza sus poderes tras ser nombrado de nuevo presidente del islamista AKP

El presidente de Turquía ha vuelto a casa. Cerca de 80.000 turcos de todo el país se desplazaron este domingo hasta la capital, Ankara, para asistir en directo a la proclamación de Recep Tayyip Erdogan como líder del islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP). De esta manera Erdogan se ha convertido en el primer jefe de Estado de su país que preside una formación política.

Esta es una de las principales reformas introducidas con el cambio constitucional aprobado hace poco más de un mes en referéndum, con un resultado tan apretado como controvertido.

Erdogan fue uno de los cofundadores del AKP en 2001, el partido que un año después arrasó en las elecciones y ha gobernado con sucesivas mayorías absolutas.

Sin embargo, al convertirse en presidente de Turquía en el año 2014, el líder islamista tuvo que abandonar su puesto como máximo responsable del AKP porque la Constitución, aprobada en 1982 bajo tutela militar, obligaba al jefe de Estado a ser totalmente imparcial. Eso no quitó para que Erdogan siguiera siendo «el líder del movimiento», como muchos votantes islamistas reconocían.

Con 1.414 votos de los 1.470 delegados que integraban el Congreso Extraordinario de la formación, Erdogan fue nombrado de nuevo líder oficial del AKP tras 998 días de alejamiento. «La responsabilidad de dar forma a la arquitectura de una nueva era reposa ahora sobre nuestros hombros», declaró solemne.

Ahora Erdogan formará un partido político más a su imagen y semejanza. De hecho, en el Congreso también se eligieron hoy a 19 de los 50 miembros de la Junta Central del AKP.

Los símbolos presentes en el lugar, además, subrayaban el carácter que el presidente quiere reforzar para su partido. El símbolo de Rabya, la mano abierta con el pulgar cerrado sobre la palma, propio de los Hermanos Musulmanes egipcios, pasa a ser parte de la imagen del AKP, junto con el eslogan de «una nación, una bandera, un Estado, una patria».

Mensaje a la UE

Asimismo, Erdogan aprovechó la cita histórica para mandar diversos mensajes. Uno, referido al estado de emergencia, del que dijo que se mantendrá hasta que «no llegue la paz». Y como ya es costumbre, la Unión Europea también fue objetivo de sus dardos verbales. «Ya no deberíamos continuar siendo pacientes con la actitud hipercrítica de la UE que no respeta el honor del país. O bien la UE cumple las promesas que hizo o cada cual va por su camino», clamó.