El primer ministro griego, Alexis Tsipras, cubrió las espaladas del embajador de Venezuela en Atenas, que acosó a cinco mujeres
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, cubrió las espaladas del embajador de Venezuela en Atenas, que acosó a cinco mujeres - AFP

El embajador venezolano que Tsipras protegió

Cinco de sus empleadas le acusaron de acoso sexual pero no le denunciaron ante los tribunales griegos

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En Agosto del 2012, cuando el partido radical Syriza era líder de la oposición griega y mantenía relaciones cordiales con el gobierno de Venezuela, llegó un nuevo embajador de la República Bolivariana a la República Griega. Era el Profesor Franklin Ramón González, sociólogo con Doctorado en Ciencias Sociales en la Universidad Central de Venezuela (UCV), con amplia trayectoria en el ámbito académico. Había sido jefe del departamento político y director de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y era, además, colaborador cercano y amigo personal de Nicolás Maduro. Profesor de la Universidad Central de Caracas, su misión era apoyar a Tsipras y su partido, en un momento en el que Syriza y Podemos parecían una seria alternativa al poder en Europa.

Sin embargo, la publicación dominical «Proto Thema» ha revelado este domingo que cinco mujeres que trabajaban en la embajada bolivariana en Atenas denunciaron a las autoridades venezolanas (pero no a las griegas) que sufrían acoso sexual por parte del embajador. Las insinuaciones eran constantes; también los tocamientos y comentarios, como exigir que llevaran minifalda. Todo esto provocó que las cinco mujeres se sintieran muy incómodas. Entre ellas, la hija de un importante político radical que llegó a ser ministro en un gobierno de Tsipras. El comportamiento del embajador era denunciable, pero los sueldos de la embajada eran muy superiores a la media griega (con un paro que ronda el 25%) y González tenía protección diplomática.

Lo más grave es que el propio Alexis Tsipras, líder de la oposición en aquella época, fue informado y escribió una carta personal a Maduro en marzo del 2013 que el dominical griego ha publicado. En ella, Tsipras decía: «Quería llamar tu atención sobre un tema delicado del que espero tu contribución y actuación para solucionarlo de la mejor manera; se trata del problema que ya conoces con el nuevo embajador en Atenas. Hasta ahora el personal de la embajada ha demostrado madurez política y no tomará medidas en Grecia, algo que haría público el problema». Se refería, por supuesto, al acoso que recibían las cinco empleadas de la embajada. Además, Tsipras añadió que de hacerse público, «los medios griegos se aprovecharían para dañar a la izquierda, tanto en Venezuela como en Grecia». Maduro hizo llamar a González a Caracas, se supone, para llamarle la atención y volvió a Atenas por un tiempo, hasta que abandonó oficialmente el país. El embajador que lo sustituyó echó a cuatro de las cinco mujeres acosadas. En la biografía de González figura que ha sido embajador, además de en Grecia, en la República Oriental del Uruguay y en Polonia.

Crítica de la oposición griega

El partido de Nueva Democracia denuncia el «encubrimiento sin precedentes» del primer ministro ante un acoso sexual ocurrido en territorio griego por un embajador de Venezuela, siendo las víctimas unas trabajadoras griegas. Nueva Democracia considera que Tsipras «pone en evidencia al país, insulta a las griegas e intenta convertir a Grecia en la Venezuela del señor Maduro».

Diez diputadas conservadoras, encabezadas por Dora Bakoyani (hermana de Kiriakos Mitsotakis, presidente de Nueva Democracia y actual líder de la oposición), han presentado una pregunta en el parlamento dirigida al primer ministro sobre «si finalmente la imagen de la izquierda es mas importante que la ley y la dignidad de las mujeres funcionarias». Han recordado que Tsipras, como presidente del partido que encabezaba la oposición, «igual ignoraba que el acoso sexual está prohibido en nuestro país y cree que la ocultación de acoso sexual puede ser descrita como “madurez política” cuando el perpetrador es ciudadano de un país de la izquierda».

La Presidenta de los socialistas Fofi Yenimata, por su parte, también condena la postura de Tsipras, considerándola «inadmisible, ya que enmascara el escándalo por pequeñas razones políticas». Ha agregado que «no es moral, no es izquierda, recuerda los tiempos de opresión mas despiadada de las mujeres en un pasado conservador».

Desde la oficina del primer ministro se ha denunciado el sensacionalismo con el que se trata este asunto ya pasado, insistiendo en que la carta de Tsipras muestra cómo, con lenguaje diplomático, pide el relevo del embajador. Pero la mayoría de los medios griegos destaca como las mujeres de Syriza no se ha pronunciado al respecto.

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