Trump repite sanciones a Moscú pese a sus continuos guiños a Putin

Medidas contra 17 altos cargos y siete oligarcas enriquecidos junto al Kremlin

Castigo a la injerencia rusa en la elección presidencial de EE.UU., y en Ucrania y Siria

MANUEL ERICE

La Administración Trump sigue adelante con las sanciones a Moscú. Ni las reticencias del presidente ni sus permanentes mensajes de acercamiento a Putin están paralizando el castigo al Kremlin por su injerencia en la elección presidencial de 2016 , emprendido la semana anterior. Hoy, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, anunció un segundo paquete de medidas, que esta vez afecta directamente a 17 altos cargos del Gobierno ruso , así como a siete oligarcas que se han enriquecido en el entorno de su presidente.

El proceso no está exento de cierta esquizofrenia. Las nuevas sanciones, las segundas que aprueba la Administración Trump contra la intromisión rusa en el proceso electoral estadounidense, en un plazo de tres semanas, suceden a los continuos guiños del presidente a su homólogo ruso. Incluida una invitación expresa para visitar la Casa Blanca, que Trump formuló a Putin en la misma llamada de felicitación por su resultado electoral. Entonces, el controvertido ocupante del Despacho Oval volvía a desoír el consejo de sus asesores. Pero sus reticencias a reconocer la influencia rusa en la pasada campaña presidencial, que marca el mandato decisivamente, no están siendo suficientes para frenar la maquinaria de castigos económicos y financieros, impulsada por el Congreso a mediados de 2017.

Las nuevas medidas apuntan directamente a magnates rusos que han aprovechado su cercanía al presidente ruso para un «desproporcionado enriquecimiento», gracias a lo que el secretario del Tesoro denuncia como «sistema corrupto». Mnuchin asegura que se han beneficiado de «las actividades desestabilizadoras» del Gobierno ruso, que son precisamente el motivo último que empuja a Washington a mantener el proceso de castigo al Kremlin.

Entre los oligarcas sancionados se encuentra Oleg V. Deripaska, cuyos estrechos lazos con Paul Manafort , el que fuera director de la campaña electoral de Trump, son objeto de las investigaciones dentro de la llamada trama rusa. Como concretó hace unos meses ante el gran jurado Robert Mueller, el fiscal especial, producto de las pesquisas mantenidas por su equipo los meses previos, Manafort está acusado de diferentes delitos relacionados con negocios mantenidos con magnates prorrusos en Ucrania, entre los años 2000 y 2015, entre ellos el propio Deripaska. La lista la completan magnates del petróleo, el gas e inversores financieros muy cercanos al Kremlin.

En el listado de altos cargos y particulares de la Administración rusa sancionados, aparecen, el yerno y varios exescoltas de Putin , así como su sucesor al frente del servicio de inteligencia, FSB.

La injerencia en la campaña presidencial estadounidense no es el único motivo citado por la Administración para aprobar las nuevas sanciones. De forma genérica, altos cargos destacan que se trata de «una respuesta a los continuos ataques lanzados desde Moscú para subvertir las democracias occidentales ». Además de la reciente crisis abierta por el envenenamiento del exespía Sergei Skripal, que ha desatado la mutua expulsión de cientos de diplomáticos desde que Londres atribuyera el ataque al Gobierno ruso, las sanciones norteamericanas siguen siendo una réplica a la injerencia rusa en Ucrania y a su actuación en Siria.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación