EE.UU. sanciona al hermano de Chávez y a siete jerarcas más

Maduro pide ayuda a los países aliados del ALBA para disimular su aislamiento

Adan Chavez, hermano del expresidente Hugo Chavez, junto a Nicolás Maduro y la primera dama, Cilia Flores ABC
Ludmila Vinogradoff

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Venezuela sigue en el punto de mira de la comunidad internacional y, en especial, de Estados Unidos. El Departamento del Tesoro impuso ayer sanciones económicas contra ocho jerarcas del régimen, entre ellos el hermano del desaparecido Hugo Chávez , por su papel en la «ilegítima» Asamblea Nacional Constituyente. Adán Chávez, Francisco Ameliach, Hermann Escarrá, Tania D’Amelio, Erika Farías, Carmen Meléndez y Darío Vivas tendrán congelados sus activos en EE.UU. y no podrán hacer transacciones financieras con ellos. También ha sido sancionado Vladimir Lugo, comandante de la unidad especial de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) destacada en la sede del Legislativo, acusado de la violenta represión de los manifestantes en Caracas.

El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin , consideró que el presidente Nicolás Maduro «invistió esta Asamblea Constituyente ilegítima para reforzar aún más su dictadura». De momento, el Tesoro sigue sin aplicar sanciones directas contra el sector energético venezolano.

Mientras tanto, en Caracas, Maduro se reunió con los países aliados del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) para demostrar que no está aislado en el mundo e intentar vender al mundo que quiere un «diálogo político» para resolver la crisis. Horas antes, en Lima, doce países de la región condenaron la «ruptura democrática» que se está produciendo en Venezuela y exigieron la celebración de elecciones.

Maduro propuso a los países aliados la celebración de una cumbre regional para restituir el «diálogo latinoamericano» y «las normas de respeto al derecho internacional». Tampoco corren vientos favorables para Maduro en la región, puesto que la correlación de fuerzas entre los doce cancilleres que lo rechazaron en Lima, frente al puñado de países populistas del ALBA (Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador y algunas pequeñas islas del Caribe) que lo apoyaron en Caracas evidencia el aislamiento del régimen.

Así las cosas, Maduro permitió ayer la entrada de los diputados opositores. El asalto nocturno protagonizado el lunes por la presidenta de la Constituyente, Delcy Rodríguez, provocó el rechazo en la cumbre de Lima. La exministra de Relaciones Exteriores que, según fuentes diplomáticas todavía ejerce como canciller en la sombra, entró forzando la cerradura en el «Salón Protocolar» para preparar la reunión de los 545 constituyentes. Al día siguiente, tras la presión de la comunidad internacional, la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) recibió la orden presidencial de abrir las puertas a los diputados opositores.

Disolución «gradual»

Pero el Salón Protocolar fue bloqueado con una tabla de madera para impedir el paso tras la sesión de los constituyentes. El diputado Tomás Guanipa, secretario general del partido Primero Justicia , denunció que los «invasores» habían robado los equipos audiovisuales y de sonido. Juan Pablo Guanipa, también de Primero Justicia, afirmó que no piensan «claudicar» y continuarán reuniéndose en el Parlamento, pese a los intentos chavistas de eliminar esta institución. Los observadores creen que el oficialismo está realizando una «disolución gradual» de la Asamblea Nacional: «No lo han querido hacer de un solo golpe por temor a la reacción internacional». La lucha interna entre los «halcones» de Cabello y los pragmáticos facilita esta disolución a cuentagotas.

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