El presidente Duterte durante un discurso en Manila
El presidente Duterte durante un discurso en Manila - REUTERS

Duterte amenaza con declarar la ley marcial «sin hacer ruido»

El mandatario filipino vuelve a decir que la usará si hace falta en la lucha contra la droga

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Después de desatar un huracán político al mostrar su disposición a declarar la ley marcial, el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, vuelve a navegar entre sus declaraciones. «Si yo quisiera, y (la actual guerra contra la droga) se deterioraría en algo realmente muy virulento, declararé la ley marcial», había aseverado el presidente el pasado sábado.

Sin embargo, las críticas expresadas desde la clase política han motivado un aparente cambio de rumbo en los vientos marciales. En este sentido, senadores como Ralph Recto denunciaron la ausencia de base para declarar este estado de excepción, ya que el país no se encuentra sumido en una revuelta o invasión externa ( la Constitución filipina establece estos dos posibles casos para un periodo de tiempo no superior a los 60 días).

Ahora, Duterte advierte que entre sus planes no está declarar la ley marcial. A pesar de ello, en uno de sus habituales giros dialécticos, asegura que si finalmente lo hace «no hará ruido». «Si te refieres a la paz y orden ahora mismo, el Ejército está en lo cierto, no hay ninguna razón convincente (para declarar la ley marcial)», destacó el mandatario. «No se encuentra en la Constitución. No está escrito allí. Pero si como presidente considero que debo preservar mi país, declararé la ley marcial», agregó.

Los recuerdos se tornan pesadilla. El 21 de septiembre de 1972, la dictadura de Ferdinand Marcos declaraba la ley marcial en el país bajo el pretexto de la creciente insurgencia comunista. El proceso se extendería hasta 1981 con un balance sangriento:

En febrero de 2013, el entonces presidente Benigno Aquino III firmó una ley para la reparación de las víctimas durante la administración Marcos. En mayo de 2015, un total de 75.730 personas habían presentado sus reivindicaciones como afectados directos o como familiares de los desaparecidos y muertos durante esos años oscuros.

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