Marine Le Pen, durante un acto de campaña, este miércoles en Nimes
Marine Le Pen, durante un acto de campaña, este miércoles en Nimes - AFP

Conservadores y socialistas rechazan un pacto contra Le Pen

Los sondeos dan una fuerte subida a los ultras en las próximas elecciones regionales

Corresponsal en París Actualizado: Guardar
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El Partido Socialista francés (PS) y Los Republicanos (LR, conservadores) descartan por las mismas razones la negociación de un pacto para intentar frenar, unidos, el espectacular ascenso del Frente Nacional (FN, extrema derecha) anunciada por los sondeos en las elecciones regionales de los domingos 6 y 13. Según la última encuesta publicada por el semanario «Le Journal du Dimanche» (JDD), LR, el partido de Nicolas Sarkozy, y el FN de Marine Le Pen, están igualados con el 28% de la intención de voto en la primera vuelta del domingo próximo. El PS del presidente François Hollande quedaría relegado a un humillante tercer puesto, con el 22% de los votos.

Todos los sondeos anuncian desde hace meses un giro a la derecha de la Francia profunda

Ante ese inquietante reparto de fuerzas, los estrategas conservadores y socialistas coinciden en que formar un frente común contra el FN podría abocar al fracaso a ambos partidos; los votantes conservadores pudieran preferir apoyar a la extrema derecha en la segunda vuelta; y los socialistas temen que el PS sufra una humillación trágica si se alía con Sarkozy, aunque solo sea durante seis días, entre la primera y la segunda vuelta.

La opinión pública también es muy hostil a un «frente común» contra la extrema derecha. Según un sondeo publicado por el semanario «Le Point», el 82% de los franceses son hostiles a la formación de un «frente republicano» de las fuerzas moderadas contra el partido de Marine Le Pen. Ese «frente» solo es apoyado por un 18% de de la opinión pública.

A la izquierda, el PS teme la desmovilización de los electores de la extrema izquierda, ecologistas y comunistas, minoritarios pero indispensables para conservar 3 o 4 regiones. Todos los sondeos anuncian desde hace meses un giro a la derecha de la Francia profunda, y los estrategas socialistas prefieren «salvar los muebles» antes que forjar imprevisibles alianzas tácticas con los conservadores.

En la derecha, el partido de Nicolas Sarkozy espera confirmar su victoria, conquistando entre 5 y 6 regiones en la segunda vuelta, la definitiva, el domingo día 13. Una alianza temporal con el PS contra el FN podría ser contraproducente a tal efecto.

Triunfo en dos regiones

En la extrema derecha, Marine Le Pen se limita a esperar, silenciosa y prudente, a que caiga como un fruto maduro y podrido el anunciado triunfo de su partido, el FN, que pudiera conquistar dos regiones, Nord-Pas-de-Calais/Picardie y Provence-Alpes-Côte-d’Azur. Si se cumpliese ese pronóstico, anunciado desde hace meses por todos los sondeos, el triunfo de la extrema derecha puede ser un aldabonazo histórico. Por vez primera en la historia de Francia, los ultras podrían gobernar dos regiones.

La implantación del FN en las regiones de Nord-Pas-de-Calais/Picardie y Provence-Alpes-Côte-d’Azur también es emblemática. Nord-Pas-de-Calais/Picardie fue durante más de un siglo un bastión político socialista y comunista. La desindustrialización, la crisis, el hundimiento del PCF y los sindicatos, la grave erosión del PS han entregado la región a la demagogia populista de un FN hostil a Europa, hostil al capitalismo, partidario de una nacionalización xenófoba de la economía nacional.

Provence-Alpes-Côte-d’Azur, con capitales como Niza, Cannes y Montecarlo, fue durante muchas décadas la región más cosmopolita de Francia. La inmigración y la crisis amenazan con entregar su gobierno a Marion Maréchal-Le Pen, sobrina de Marine, nieta de Jean-Marie Le Pen.

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