El centroderecha arrebata el papel de favorito a la extrema derecha en las legislativas austríacas

Los socialdemócratas, que han gobernado los últimos años, caerían al tercer puesto

Elecciones en Austria: la ultraderecha será decisiva EFE/ Vídeo: ATLAS
Hermann Tertsch

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Unos 6,3 millones de austriacos están convocados hoy a las urnas en unas elecciones en las que, por primera vez en la historia de Austria desde 1945, la pugna se dirime entre dos candidatos de la derecha. Por primera vez el legendario partido socialista SPÖ no parece poder aspirar a la victoria. Según los sondeos quedaría en un tercer puesto en lo que observadores consideran el final de la larga e incuestionada hegemonía ideológica y cultural de la socialdemocracia desde el final de la II Guerra Mundial. Se perfila un gobierno de alianza entre los dos partidos de derechas en litigio , el popular (ÖVP) y el nacional- liberal o derechista (FPÖ) que supondría un alejamiento aun mayor de la Alemania de Angela Merkel y un acercamiento a los países centroeuropeos del grupo de Visegrado. Estos países, Hungría, Polonia, Eslovaquia y Chequia, son gobernados por partidos críticos con la Unión Europea, especialmente en cuestiones de inmigración. La inmigración y todas las cuestiones derivadas de la misma como son los servicios sociales, en la seguridad y en la educación, han sido protagonistas en la campaña.

Parte como favorito el ministro de exteriores Sebastian Kurz , de tan solo 31 años, que en una espectacular carrera se ha erigido en la gran esperanza de un partido popular que hace un año estaba tercero y postrado en las encuestas después de tres legislaturas de gran coalición con los socialistas. El ÖVP se ha recuperado de la mano de Kurz hasta ese primero lugar con el 33% a cambio de convertirse en poco más que una agencia electoral del candidato. El FPÖ quedaría entre 27 y 25% y el SPD entre 25 y 22%. Kurz ha neutralizado de un solo golpe a todos los barones del partido y asumido una direc ci´òn ideológica y política incontestada. Con la clara referencia de la campaña de Emmanuel Macron en Francia se postula en una candidatura extremadamente personalista, de reformas valientes, de nuevo aire y estilo y tono populista.

Al mismo tiempo, Kurz ha «secuestrado» gran parte del mensaje político y electoral del partido derechista FPÖ que lideraba prácticamente todas las encuestas durante los últimos tres años. El líder de este partido, Hans Christian Strache , no ha podido competir con el joven ministro a la hora de defender la linea más dura en política de inmigración, en seguridad, reformas en los servicios sociales y en la educación. Como ha bromeado Strache durante la campaña, Kurz le ha pirateado o plagiado los materiales de campaña. Se ha registrado en Austria un giro general a la derecha que también afecta al propio partido socialista SPÖ aunque este no vaya a beneficiarse de ello. Strache se ha esforzado desde el pasado año, en que su candidato Norbert Hofer perdió la elección presidencial ante el izquierdista Alexander van der Bellen, en marcar distancias de cualquier posición susceptible de ser tachada de ultraderechista, antisemita o neonazi dentro o fuera de Austria. Dicen algunos que se ha esforzado tanto que ha perdido perfil y no evitará que la izquierda europea vuelva a tachar a su partido de ultra. Pero nadie espera que puedan tener ningún efecto estos ataques sobre la formación de un gobierno con el FPÖ. Y se excluyen sanciones de la UE como las habidas en el año 2.000 con el canciller Wolfgang Schüssel.

Atasco en las reformas

El candidato del SPÖ es el canciller saliente Christian Kern , un tecnócrata que sustituyó hace más de un año a Werner Faymann, que gobernó la gran coalición durante ocho años . En esos años la alianza de los dos grandes partidos, aunque inicialmente muy aplaudida, generó un atasco en sus reformas, un anquilosamiento y una falta de reflejos que fortaleció al derechista FPÖ y tuvo enormes efectos durante la crisis de los refugiados en el otoño del 2015. Faymann cayó también por su cercanía a Merkel en una política de puertas abiertas muy criticada. El encargado de revertir esta adhesión a la linea alemana y unirse a la política de firmeza del líder húngaro Viktor Orban, fue precisamente Kurz, hoy el gran favorito de ocupar la cancillería en el Ballhausplatz.

Kern ha intentado adaptar a su partido a este giro general a la derecha en Austria y presentarlo como un partido reformista y realista . Pero encima de su debilidad general, la campaña electoral ha supuesto un inmenso desastre para los socialistas al revelarse una sucia operación suya para desacreditar a Kurz con falsedades en las redes. El SPÖ pagó más de medio millón de euros a un «experto comunicador», el consultor israelí Tal Silberstein que acto seguido lanzó una campaña de difamación contra el candidato del ÖVP. El escándalo ha sido mayúsculo, en el SPÖ han rodado cabezas y el candidato agredido se ha beneficiado como víctima del atropello. Kern y su SPÖ pueden sufrir un castigo añadido por ello. Él pasará así con seguridad a tener el poco envidiable título de canciller más breve de la II República. Por mucho que insista en no haber sabido nada en ningún momento de las tropelías de Silberstein.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación