Bruselas entra en guerra con Polonia por atentar contra el estado de derecho

La Comisión Europea activa la denominada «opción nuclear» por la que los socios pueden decidir por unanimidad retirar el voto a Varsovia

El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, durante una conferencia de prensa hoy en Bruselas AFP
Enrique Serbeto

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Tras innumerables advertencias, la Comisión Europea decidió hoy activar el artículo 7 del Tratado de la UE para sancionar al Gobierno polaco por graves violaciones de los principios democráticos y del estado de derecho. Es la primera vez que el ejecutivo comunitario aplica lo que se denomina la «opción nuclear» contra un Estado miembro, al que podría llegar a privar de su derecho al voto en el Consejo. Tanto el vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans como el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk , han subrayado que esperan que esta decisión sirva para que Polonia rectifique. Sin embargo, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha adelantado que hará lo posible para bloquear el procedimiento, teniendo en cuenta que él mismo ya ha sido amonestado varias veces por Bruselas.

Timmermans explicó que el conjunto de los comisarios habían aprobado la activación del mecanismo sancionador «con gran pesar, pero los hechos no nos dejan otra opción». La Comisión reprocha a Varsovia sobre todo que no haya atendido sus indicaciones y haya aprobado una reforma del sistema judicial que favorece claramente la injerencia del Gobierno en la judicatura , lo que además entorpece la aplicación de la legislación europea en aspectos tan delicados como el cumplimiento de la euroorden de detención.

Los elementos que más inquietan a la Comisión son la reforma de la ley que regula el funcionamiento del Tribunal Supremo y que otorga al presidente un poder discrecional para prorrogar el mandato de los jueces y permite recurrir sentencias definitivas, aunque estas se hayan dictado hace años. Asimismo, en los niveles inferiores del sistema judicial, el Gobierno se ha adjudicado el poder de prorrogar o revocar el mandato de los magistrados. Ya ha empezado por jubilar por decreto y de forma obligatoria a los miembros del consejo nacional del poder judicial , el órgano que designa los jueces ordinarios, y cambiar las reglas para designar los miembros de este organismo.

Además, la Comisión denunció a Polonia ante el Tribunal de Justicia de Luxemburgo por vulnerar las normas europeas con su nuevo régimen de jubilación para los jueces , cuyo único objeto es dejar vacantes el mayor numero posible de puestos para designar a otros magistrados de su agrado.

Negociación

Según Timmermans, la decisión adoptada no es irreversible y subrayó que su teléfono sigue «abierto al diálogo 24 horas al día, siete días a la semana», por si el Gobierno nacional-populista polaco quiere dar marcha atrás o, al menos, tener en cuenta algunas de las observaciones de la Comisión. El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, ha enviado una carta al nuevo primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, para proponerle una reunión en Bruselas el 9 de enero: «La única manera de superar las diferencias que tenemos en el presente es un diálogo auténtico», le comunicó.

La decisión de la Comisión es el primer paso de un largo proceso antes de que el artículo 7 tenga efecto. Pero es una declaración de guerra y un instrumento de presión continua. La Comisión insta al Consejo y al Parlamento europeos para que evalúen la situación en Polonia. Si ambas instituciones coinciden en su apreciación negativa, enviarán sendas comunicaciones a Polonia para pedirle que reconsidere la situación. Si las autoridades polacas persisten, entonces el procedimiento necesitaría de la aprobación del Parlamento (se necesitan dos tercios de los diputados) y del Consejo (22 de los 27 países, porque Polonia no votaría). Y si aún así se mantuviera la posición contumaz del Gobierno polaco, el Consejo debería aprobar por unanimidad (siempre sin contar al país afectado) la decisión de retirarle el derecho de voto.

Revanchismo

El actual Gobierno polaco, dirigido por el PiS (Partido de la Ley y la Justicia) ha favorecido una efervescencia nacionalista en Polonia con ínfulas revanchistas, no solo contra el pasado comunista, sino contra las fuerzas políticas moderadas como Solidaridad. El Gobierno ha anulado sin más las pensiones de los militares y funcionarios del antiguo régimen.

El ex primer ministro polaco y actual presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que es uno de los blancos de las críticas más vitriólicas de los dirigentes del PiS , ha dicho que espera que, a pesar de todo, las autoridades de Varsovia «no busque la confrontación a cualquier precio en un asunto que simplemente están equivocadas». En unas declaraciones a la prensa de su país, Tusk ha advertido de que en estos momentos desde Bruselas se ve a Polonia como «una fuerza desintegradora» en el este de Europa y por ello ha defendido que es «importante acabar con el deterioro de la reputación polaca» en el exterior, que sin embargo, paradójicamente, no deja de consolidar las posiciones del PiS en el interior.

La política de las actuales autoridades polacas parece marcada en lo esencial por un deseo de revancha por parte del presidente del PiS, Jarosław Kaczyński, hermano gemelo del presidente de la República que falleció en un accidente de aviación cuando Tusk era primer ministro. La decisión de la Comisión coincide con la llegada mañana a Varsovia de la primera ministra británica, Theresa May , a la que le beneficia cualquier conato de división entre los europeos.

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