Austria reduce de modo drástico su cuota de refugiados

Se concederá ese estatus a un máximo de 37.500 al año, la mitad de los inmigrantes que lo pidieron el año pasado

BERLÍN Actualizado: Guardar
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Austria no cerrará las fronteras, evitando así trasladar el problema más al sur y a países con menos recursos, pero tampoco seguirá los pasos de la política de puertas abiertas de Alemania. Los miembros de la coalición del gobierno de Viena han optado por una tercera vía que consiste en limitar las concesiones de estatus de asilo a un máximo de 37.500 al año. La cifra supone menos de la mitad de las 90.000 personas que demandaron protección el año pasado, por lo que habrá que decidir qué criterio se sigue para denegar peticiones. De eso se va a encargar una comisión de expertos que será nombrada de inmediato.

“No podemos acoger a todos ", explicó el canciller socialdemócrata Werner Faymann, tras la reunión con representantes de las administraciones regionales y locales.

La decisión ordenará el flujo de refugiados durante tres años, hasta 2019, y en ese periodo Austria acogerá a un total de 127.500 personas, el 1,5% de la población del país.

Faymann gira así en su política de refugiados, después de haberse negado durante meses a establecer un techo a las entradas. El canciller austríaco lo ha justificado como una "medida de emergencia" y lo ha descrito como un "plan B", al verse el país desbordado por la situación. “Hay motivos de tipo jurídico y moral para no querer poner un techo, pero hay también motivos pragmáticos para fijar un límite, porque Austria realmente no es capaz de asimilar todo el flujo y en esta decisión influye mucho más lo que podemos que lo que queremos”, desarrolla el analista austríaco Michael Völker.

Efecto dominóNickelsdorf

El número dos del gobierno de Viena, el conservador, Reinhold Mitterlehner, ha respaldado la decisión, solicitada incansablemente por su partido, recordando que "el gran número de refugiados desborda nuestro sistema" y detallando que los planes del Ejecutivo, que han sido acordados con regiones y ayuntamientos, prevén una acogida de ritmo descendente: 35.000 en 2017; 30.000 en 2018 y 25.000 en 2019.

La muy meditada decisión austríaca, al margen de las convicciones de cada partido de la coalición, está también presionada por el aumento de la intención de voto del ultraderechista Partido Liberal (FPÖ), que en las últimas encuestas aparece ya como la primera opción de gobierno con alrededor del 30 % de los votos. La sociedad austríaca da crecientes muestras de rechazo a los refugiados, algunas de ellas punibles. Un tribunal de Linz ha emitido una sentencia de 18 meses de prisión condicional contra un ciudadano que sugirió en la red social Facebook el envío de los refugiados a campos de concentración nazis. "Yo aún tengo sitio. Mauth. Dach. Ausch. Sitio para miles", escribió en un comentario publicado por el semanario Der Standard.

La reacción de los vecinos no se ha hecho esperar. "Si Austria adopta medidas para disminuir la afluencia de refugiados, Eslovenia tendrá que reaccionar adecuadamente de forma inmediata, sobre lo que informaremos también a Croacia", anunció el primer ministro esloveno Miro Cerar en unas declaraciones a la televisión pública "TV Slo". Cerar ha recordado además la necesidad de fortalecer el control de las fronteras externas de la Unión Europea y, en concreto, de la frontera entre Macedonia y Grecia. Una política conjunta impediría el "efecto dominó" y la posibilidad de conflictos entre los países de los Balcanes occidentales ante el cierre de las fronteras para los refugiados, ha advertido.

El líder conservador y probable futuro viceprimer ministro de Croacia, Tomislav Karamarko, anunció el lunes por su parte que Croacia cerrará sus fronteras para los refugiados si dan ese paso Austria y Eslovenia. "Se trata de un efecto dominó que toda Europa tendrá que seguir... Nos veremos obligados a recurrir a los mismos métodos y medidas que los países socios", comentó Karamarko, cuya investidura en el Parlamento se espera este viernes.

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