Amnistía Internacional denuncia crímenes de guerra en todos los frentes sirios

Amnistía Internacional (AI) divulgó ayer su informe anual sobre derechos humanos en el mundo, en el que calcula que el pasado año hubo 122 países que practicaron la tortura o el maltrato, 29 obligaron ilegalmente a personas refugiadas a retornar a países donde corrían peligro y en 19 se cometieron crímenes de guerra por parte de gobiernos o grupos armados.

Uno de los casos más graves es el de Siria, donde todas las partes implicadas en la guerra cometieron, con total impunidad, crímenes de guerra, abusos flagrantes de los derechos humanos y violaciones del derecho internacional humanitario en 2015. La organización humanitaria con sede en Londres reveló que el régimen de Bashar al Assad efectuó ataques a civiles, como bombardeos de zonas residenciales e instalaciones médicas, con artillería, morteros, bombas de barril y, según algunas informaciones, agentes químicos.

Las fuerzas gubernamentales impusieron asedios prolongados, que cercaron a la población civil y la privaron de alimentos, atención médica y otros servicios básicos, además de mantener detenidas arbitrariamente a miles de personas. A su vez, grupos armados no gubernamentales, que controlaban algunas zonas y se disputaban otras, efectuaron bombardeos indiscriminados e impusieron asedios a población civil, como ha hecho el grupo terrorista Daesh.

Deterioro en Turquía

Al mismo tiempo, AI denuncia en su informe sobre «La situación de los derechos humanos en el mundo» que Turquía registró un grave deterioro de los derechos fundamentales en 2015, sobre todo tras las elecciones generales de junio y el estallido un mes después de la violencia entre el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y las fuerzas armadas.

La población norcoreana, a su juicio, permanece aislada del resto del mundo y ajena a la mínima protección de casi «todo el espectro» de sus derechos. Amnistía también se refirió al frágil alto el fuego en Ucrania y a que el acuerdo nuclear con Irán no mejoró la deteriorada situación de los derechos humanos en ese país.