Un policía danés habla con refugiados procedentes de Alemania a su llegada a la ciudad de Rodby
Un policía danés habla con refugiados procedentes de Alemania a su llegada a la ciudad de Rodby - EFE

Los refugiados sirios rechazan pedir asilo en Dinamarca

Unas cien personas tratan de alcanzar Suecia a pie, donde las medidas para acogerlos son más favorabes

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Unas cien personas, entre las que se encuentran mujeres y niños pequeños, han emprendido este lunes el camino a pie entre la ciudad de Rødby, en la isla danesa de Lolland, y Malmoe, a fin de pedir asilo político en Suecia y evitar que las autoridades de Dinamarca rechacen su solicitud.

Los refugiados, en su mayoría sirios aunque también hay iraquís y africanos, llegaron el domingo por la noche en un tren procedente de Alemania y se dirigían a Suecia. En un primer momento, escaparon de la estación para evitar que Dinamarca fuera el país de solicitud de asilo, ya que el nuevo gobierno conservador de Lars Rasmussen ha endurecido su política para refugiados e inmigrantes. Tras ser reagrupados y pasar la noche atendidos por las autoridades locales, emprendieron la marcha hacia Malmoe donde muchos de ellos aseguran tener familia.

La distancia entre ambas ciudades es de aproximadamente 200 kilómetros, lo que podría significar más de cincuenta horas caminando y requiere conexiones en barco o cruzar puentes que, de momento, están cerrados al tráfico pedestre. Por su parte, las autoridades de la ciudad sueca de Malmoe se declaran dispuestas a acoger a los refugiados y el departamento de Inmigración ha previsto alojamiento para cerca de 300 personas. «Los refugiados tienen el derecho a presentar su solicitud de asilo», declaró Nils Norling, portavoz de la policía de la ciudad sueca.

Ante la gravedad de la situación, el primer ministro danés anunció hoy en una rueda de prensa que ha convocado a todos los partidos políticos y que negociará con Suecia a fin de buscar una solución para los refugiados que intentan llegar a ese país a través de Dinamarca. «Tenemos que encontrar una solución acorde con nuestro modelo de derechos humanos», declaró Rasmussen.

Todo ello coincide con una campaña de publicidad del gobierno danés en distintos medios de comunicación extranjeros mediante la cual el Servicio de Inmigración pretende disuadir a los posibles demandantes de asilo en los países de origen. Los anuncios, que ya se han publicado en países de Oriente Medio, explican que los beneficios sociales de los refugiados quedan reducidos a la mitad, que no tendrán derecho a traer a sus familiares durante el primer año y que deberán pasar exámenes de danés para obtener permiso de residencia permanente.

La nueva política de asilo de Dinamarca es un serio obstáculo para las aspiraciones de la antigua primera ministra, Helle Thorning-Schmidt de convertirse en la Alta Comisaria de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), puesto para el que anunció su candidatura la pasada semana.

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