El primer ministro griego, Alexis Tsipras, durante su discurso ante el parlamento heleno
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, durante su discurso ante el parlamento heleno - reuters

Tsipras: «El Gobierno griego no puede aceptar propuestas absurdas de los acreedores»

El primer ministro heleno asegura que el Ejecutivo se encuentra cerca de una solución, al presentar un «programa realista»

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Con inquietud e impaciencia, los griegos han escuchado esta tarde al primer ministro Alexis Tsipras, en su comparecencia extraordinaria ante el parlamento griego, afirmar que se encuentran en la línea final de la negociación. Sin embargo, en su alocución, de intransigente retórica, Tsipras ha asegurado que «el Gobierno griego no puede aceptar propuestas absurdas de los acreedores»

Se ha dirigido a los griegos, asegura, porque existe la necesidad de informar al pueblo y a los partidos politicos, dado que el gobierno «no tiene nada que esconder». Ha insistido que quiere una solución europea favorable para ambas partes que consiga sacar al pueblo griego de una espiral de austeridad y dar una solución viable para su deuda pública.

Tsipras afirmó que ahora «nos encontramos cerca de una solución, ya que es evidente que la parte griega ha presentado un programa realista», recordando que se trata de una propuesta resultado de su honesta intención para llegar a un acuerdo tras tres meses de duras negociaciones, respetando a nuestros interlocutores.

Una propuesta realista basada en la reducción de los superávits primarios, que ahora aceptan las instituciones pero que se vé anulada por la severidad de las medidas presentadas. Añadió que Grecia quiere un acuerdo definitivo y lo importante no son las reformas sino romper el ciclo vicioso de la dura austeridad que lleva a la recesión y solucionar su deuda publica.

El primer ministro confiesó también que la propuesta que le presentó Jean Claude Juncker de parte de las tres instituciones «me sorprendió de forma desagradable» y se mostró seguro de que tras cinco años de austeridad catastrófica no habría ni un diputado griego que aceptaría aprobar medidas como el recortar el pequeño subsidio de solidaridad para las pensiones mínimas o aumentar un 10% el precio de la electricidad. «Las propuestas que nos han presentado no son realistas», continuó y pidió que los restantes partidos políticos se manifiesten a favor o en contra de la propuesta de su gobierno. Porque «hasta ahora la oposición nos ha criticado por retrasar la firma de una cuerdo y ahora tienen que decir si aceptan o rechazan este acuerdo».

El líder de la oposición, el conservador Andónis Samarás, atacó al gobierno y criticó su negociación, destacando que la propuesta de los acreedores es mucho peor que la que habían presentado al gobierno de coalición anterior y que los radicales rechazaban. E insistió que el gobierno ha tomado el pelo al pueblo griego prometiendo un acuerdo mejor. Recordó que antes de las elecciones Grecia volvió al desarrollo económico y tenía un pequeño superávit, mientras que ahora es el único país europeo en recesión.

La decisión anunciada el miércoles por sorpresa de solicitar al FMI el pagar a final de junio los 1.600 millones de euros en vez de cuatro desembolsos ha sido interpretada como una forma de aumentar la presión sobre los acreedores para conseguir un acuerdo menos duro y una muestra de endurecimiento de la negociación para satisfacer al partido. Porque en el partido radical la secretaría política de Syriza declara que «las exigencias de los acreedores son provocadoras y no son aceptadas» mientras que el Secretario del Comité Central, Tasos Koronákis ha declarado que el gobierno trabaja cumpliendo el mandato popular de conseguir una solución dentro de la eurozona sin austeridad para que el país salga de la crisis con la sociedad en pié. Y «si los acreedores insisten en su política catastrófica que ha llevado a una crisis humanitaria y al desempleo (…) nosotros daremos la palabra otra vez al pueblo».

Pero el ultimo sondeo ha mostrado que aunque los encuestados siguen teniendo buena o mejor opinión del primer ministro Alexis Tsípras (un total del 53%) su partido ha perdido un 15% de apoyo, situándose ahora en el 31% (frente al 20% conservador). Y lo más importante: el 74% desea permanecer a toda costa en el euro y el 45% quiere un acuerdo lo antes posible, aunque no se respeten las líneas rojas del gobierno. Lo último que se quiere ahora es unos nuevos comicios cinco meses después de los anteriores.

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