Andrés Conde, director general de Save the Children
Andrés Conde, director general de Save the Children - Óscar Naranjo/Save the Children
entrevista al director de save the children

«En Nepal el monzón está a la vuelta de la esquina y los niños necesitan refugio»

Andrés Conde explica porqué hay que seguir apoyando al pueblo nepalí en esta crisis humanitaria cuando se apaguen los focos

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Más de un millón de niños se han visto afectados por la tragedia que causó el terremoto del pasado 25 de abril y que ha dejado más de 7.700 muertos y el doble de heridos. Dos semanas después del seísmo, el director general de Save the Children en España, Andrés Conde, explica en esta entrevista la situación del país y el papel de las ONGs que trabajan en la zona.

—¿Qué está haciendo «Save the Children» en el terreno?

— Estamos intentando cubrir las necesidades urgentes de la población lo más rápido que podemos. Sabemos que tenemos poco tiempo antes de que vengan las lluvias. El monzón está a la vuelta de la esquina y los niños necesitan refugio, agua potable y saneamiento.

—UNICEF ha advertido sobre el tráfico de niños tras el terremoto de Nepal. ¿Qué mecanismos hay para impedirlo?

— En las emergencias los niños siempre son el colectivo más vulnerable. En Nepal son muchos los que han perdido a sus familiares y se encuentran en situación de desprotección. Es cierto que en estos contextos de emergencia, por desgracia, hay situaciones de tráfico, explotación sexual o laboral de los niños. La principal estrategia de «Save the Children» para combatirlo es el reagrupamiento familiar y la creación de espacios seguros para la infancia.

—¿Cuál es el mayor reto para su organización en esta catástrofe?

— Estamos teniendo grandes dificultades logísticas en cuanto al acceso para hacer llegar los suministros. El daño que ha ocasionado el terremoto es excepcional y las infraestructuras nepalíes están destruidas.

—Esta emergencia tiene un fuerte impacto mediático, ¿qué va a pasar cuando se apaguen los focos?

— La presencia de la emergencia en los medios ayuda mucho. Por desgracia esta es una catástrofe cuya reconstrucción llevará tiempo porque es un país muy pobre y tremendamente frágil. Podría ser un caso parecido al de Haití. Las cifras son devastadoras: 160.000 casas han sido completamente destruidas y 143.000 parcialmente destruidas. El país no tiene recursos económicos para reparar los daños, con lo cual nos enfrentamos a una fase larga y desafiante.

Además hay otro tema de especial preocupación: la nutrición. La tasa de desnutrición infantil en Nepal ya era superior al 41% antes de terremoto. La temporada de siembra en el país comienza dentro de dos meses y la economía nepalí depende completamente del sector agrario. Si los agricultores no pueden llevarla a cabo, se puede desatar una crisis nutricional de grandes dimensiones.

—¿Ha afectado la crisis económica en nuestro país a las donaciones particulares?

— No, el español en las circunstancias de emergencias siempre saca lo mejor de su lado solidario. Las imágenes proyectadas en los medios conmueven y la respuesta de la población española está siendo muy comprometida.

—¿Podría dar alguna cifra?

— El flujo de donaciones continúa abierto, pero a día de hoy ya llevamos más de 320.000 euros recaudados en fondos privados. La financiación pública para esta emergencia todavía no se ha decidido. Esperamos pronto decisiones por parte de la AECID y por muchas administraciones públicas que también están movilizando sus recursos.

—¿Qué llamamiento hace a la sociedad española dos semanas después del seísmo?

— No podemos permitir que este sea un fenómeno efervescente o pasajero. Es importante que la conmoción que nos ha provocado lo ocurrido en Nepal permanezca en nuestra memoria. Tenemos que apoyar a este pueblo durante mucho tiempo para conseguir que recuperen una vida relativamente digna.

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