El presidente de EE.UU., Barack Obama
El presidente de EE.UU., Barack Obama - afp

EE.UU. pone en marcha un programa para evitar suicidios entre veteranos de guerra

La ley, firmada hoy por Obama, hará hincapié en el apoyo psicológico y facilitará que los excombatientes se integren en la vida civil

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El presidente estadounidense, Barack Obama, ha firmado hoy una ley que revisa los programas de prevención de suicidios entre veteranos de guerra y ha contado con un gran apoyo entre las dos principales fuerzas políticas. La reforma, aprobada en el Congreso a comienzos de este mes, fue firmada hoy en un ceremonia en la que se rindió homenaje a Clay Hunt, un exmarine que se quitó la vida en 2011 y que ha dado nombre a la ley.

Obama ha asegurado, en un acto en la Casa Blanca, que la ley tiene como objetivo evitar casos como el de Hunt, que estuvo destinado en Irak y Afganistán, y «asegurarnos de que los veteranos siguen entre nosotros» para contribuir a la sociedad.

El problema de los veteranos de 13 años de guerras en Afganistán e Irak con el estrés postraumático (PTSD) ha acabado con la vida de unos 8.000 exmilitares al año, 22 suicidios al día, según estimaciones de un estudio de 2012 del Departamento de Asuntos de Veteranos.

La nueva ley pone en común diferentes programas de apoyo psicológico, aumenta las iniciativas para facilitar que los veteranos se integren en la vida civil y propone medidas de revisión del impacto de los programas existentes. Entre las reformas destaca la creación de redes comunitarias para que familias de veteranos se ayuden entre sí o facilitar el pago de las deudas derivadas de gastos académicos de estudiantes de Psiquiatría para que aporten su trabajo al Departamento de Veteranos.

Obama, que se rodeó de senadores republicanos y demócratas que apoyaron el proyecto de ley en la ceremonia de ratificación, aseguró que «hay que detener esta tragedia de los suicidios». El presidente reconoció que la ley no es una «solución completa» al problema de los veteranos de las últimas guerras de Estados Unidos, que se enfrentan a un estilo de vida totalmente diferente al que vivieron en Irak o Afganistán.

Clay Hunt acabó con su vida en 2011 a la edad de 28 años después de pasar por depresiones, medicación y problemas, pese a que estaba recibiendo ayuda y estuvo arropado por su familia. El caso de Hunt, que trabajó de voluntario tras el terremoto de Haití de 2010, puso en evidencia las carencias y el uso ineficiente de los recursos, así como los obstáculos burocráticos para ayudar a excombatientes del Departamento de Veteranos.

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