El Ministro de Finanzas griego, Varoufakis,en el parlamento, en Atenas
El Ministro de Finanzas griego, Varoufakis,en el parlamento, en Atenas - reuters

Once frases de Varoufakis que han calado en la sociedad

El nuevo ministro de Finanzas griego está haciendo campaña por Europa por una reducción de la deuda de su país. En su gira, no ha dejado indiferente a nadie

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Varufakis, nacido en Atenas en 1961, es economista, profesor y escritor con la doble nacionalidad greco-australiana. Trabajó como asesor económico de Yorgos Papandréu ( PASOK), de octubre de 2009 a noviembre de 2011, gobierno al que, más tarde, criticaría con fervor. Se considera un «marxista errático», asegura que las soluciones sencillas a los problemas complejos son «sinsentidos moralizantes».

Para sorpresa de muchos, el ministro de finanzas manifiesta muchas de sus opiniones a través de un blog que, pese a su nuevo cargo, señala que no se va a dejar asesorar por las personas que le han sugerido cerrarlo. «Lo voy a mantener aunque las entradas serán más cortas de lo normal». Además, subraya que espera seguir recibiendo comentarios y opiniones a los que contestará en el momento en el que le sea posible.

Yanis Varoufakis, al que asegura no gustarle la manera de hablar tan diplomática y cauta a la que los políticos están acostumbrados, habla sin tapujos sobre los temas que se muestran a continuación, según informa la « BBC».

Condiciones de austeridad impuestas a Grecia:

«Europa, en su infinita sabiduría, decidió enfrentar esta quiebra depositando el préstamo más grande en la historia humana sobre el más débil... Lo que hemos estado teniendo desde entonces es una especie de tortura fiscal que ha convertido a este país en una colonia de deudores».

La zona euro:

«Grecia está absolutamente, de manera irreversible, comprometida a permanecer en la zona euro», le dijo a CNN. «El problema es que una vez se está dentro, pasa como dice la letra de la canción «Hotel California»: puedes hacer el check-out cuando quieras, pero nunca te puedes ir».

La 'troika' - la UE, el FMI y BCE - que organizó el rescate de Grecia:

«Un comité construido sobre cimientos podridos».

El trato diferente a los bancos en quiebra y a los estados en quiebra:

«Muy notablemente, mientras que los estados insolventes enfrentan visitas de furiosos funcionarios del FMI y de la UE, son constantemente vilipendiados por la prensa «seria» que los acusa de «despilfarro» y «falta de seriedad» fiscal; los bancos siguen recibiendo liquidez del BCE y los fondos estatales (más garantías) sin ningún compromiso. Sin memorandos, sin condiciones, ni nada».

Los ricos y la élite política que, según él, mandaban en Grecia

«Vamos a destruir, le dijo a Channel 4, la base sobre la que se han construido década tras década un sistema, una red que roba con saña la energía y el poder económico de todo el resto de la sociedad».

El ministro, no tuvo tampoco ningún inconveniente en recordar su pasado como estudiante, profesor y en hablar de sus experiencias personales.

Estudió economía y matemáticas en Reino Unido en los años 70 y 80

«Me pareció (la economía) un tema tan taciturno, tan desesperantemente aburrido, tan dependiente de las matemáticas mediocres. ¿Por qué estudiar aplicaciones irrelevantes de matemática de tercera categoría cuando yo podía estudiar matemáticas de primera calidad, estéticamente agradables y sin tantos problemas ideológicos? Por eso, inmediatamente pedí traslado a la Escuela de Matemáticas».

Enseñó en la Universidad de Sídney, donde no le gustaba el primer ministro de Australia, John Howard

«Ese pequeño hombre horrible».

Sobre Karl Marx

«En verdad, Karl Marx fue el responsable de la elaboración de una perspectiva del mundo en el que vivimos, desde mi infancia hasta el presente. No es algo sobre lo que me ofrezco a hablar mucho en estos días, porque la sola mención de la palabra que comienza con 'M' hace que la audiencia te rechace».

El legado de Margaret Thatcher

«Lo único que surgió del thatcherismo fueron los vividores, la excesiva influencia de lo financiero, el triunfo del centro comercial sobre la tienda de la esquina, el fetiche en torno a la vivienda y... Tony Blair».

Acerca de los riesgos de pasar de ser profesor universitario a político

«Sé que corro el riesgo de que me guste la sensación de haberme vuelto aceptable en los círculos de la alta sociedad. El sentido de autosatisfacción al ser agasajado por los grandes y poderosos comenzó, en ocasiones, a meterse dentro de mí. ¡Y qué sensación tan fea, corruptora y corrosiva que fue esa!».

¿Y cuándo notó por primera vez esa influencia «corruptora»?:

«El detonante fue en un aeropuerto. Una empresa millonaria me había invitado a dar un discurso sobre la crisis europea y viajé en primera clase.»

«Cuando volvía a casa, con el cansancio acumulado después de haber tomado varios vuelos, pasé junto a la larga fila de pasajeros de clase económica esperando para entrar al avión. De repente me di cuenta, con gran horror, de lo fácil que era para mi mente infectarme con la sensación de que yo tenía el 'derecho' de saltarme la fila de la plebe».

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