Tibor Navracsics Comisario europeo de Educación

«España necesita un consenso nacional para definir un modelo educativo estable»

El máximo responsable de Educación de Europa cree que de nuevo la educación y la cultura están en el centro de las prioridades de los políticos, ya que «es donde están las respuestas para hacer frente a retos como aumentar el empleo juvenil o la inclusión social»

Maribel Núñez

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Navracsics es optimista en relación con España, ya que ha logrado reducir la tasa de abandono escolar temprano al 19%, aunque reconoce que sigue siendo alto.

—¿Cuál es la principal conclusión de la primera cumbre europea sobre Educación celebrada a finales de enero en Bruselas?

—Después de años de crisis económica, la educación ha vuelto a las prioridades de la agenda política. Todo el mundo se está dando cuenta de que la educación tiene las respuestas para hacer frente a los enormes retos que tenemos pendientes, como es el de aumentar el empleo juvenil y la competitividad, así como la inclusión social y la creación de comunidades inclusivas. Un total de 21 países europeos respondieron a mi llamada y es que no hay que olvidar que los 27 jefes de Estado y de Gobierno nos dieron un mandato claro en diciembre del año pasado, en el sentido de que hay que poner la educación y la cultura en el centro de nuestras prioridades. Hay un nuevo ímpetu y todo el mundo está listo para actuar.

«Abandonar la educación boligatoria lleva a la exclusión social, y no opdemos permitir ese detstino para jóvenes de tan solo 15 años»

—¿Qué se puede hacer desde la Comisión Europea en materia de educación teniendo en cuenta que se trata de una competencia que no está transferida?

—En efecto, la educación es en esencia responsabilidad de cada uno de los países miembros. Pero no hay que olvidar que una de las áreas más populares de la Unión Europea, el programa que mayor éxito ha tenido en toda la historia de Europa, es precisamente Erasmus, un área en la que Europa no tiene competencias. Erasmus es parte de la cultura popular, ha beneficiado a 9 millones de estudiantes en los últimos 30 años, casi el equivalente a toda la población de mi Hungría natal. Esto le puede dar una clara idea de lo que Bruselas puede hacer. Al margen de fomentar la movilidad, el papel de la Comisión Europea es apoyar a los Estados miembros con consejos y estableciendo mecanismos para que unos puedan aprender de las mejores prácticas del resto, y establecer puntos de referencia comunes para que todos se muevan en la misma dirección. Por ejemplo, hemos establecido un objetivo a nivel europeo para reducir el abandono temprano de los estudios que sin duda ha ayudado a los países a conseguir este reto.

—Parece que su departamento está finalizando una propuesta para el reconocimiento mutuo de los diplomas educativos y otra serie de avances en esta materia. ¿Nos puede adelantar algo?

—Los avances a los que se refiere forman parte de la visión de la Comisión Europea en materia de Educación para el año 2025. En una verdadera Área Europea de Educación aprender no estará obstaculizado por fronteras, y pasar tiempo en otro país miembro, para estudiar o trabajar, se ha convertido ya en una cosa habitual. Esta es la razón por la que en esta primavera recomendaremos una serie de medidas para que el reconocimiento de diplomas sea más automático. Queremos también impulsar los diplomas conjuntos de varias universidades europeas, lo que estrechará las relaciones entre ellas. Además reforzaremos la movilidad de los estudiantes, de los cursos de formación y de la educación vocacional y de la formación de jóvenes en general, incluyendo los de medios desfavorecidos. Nuestra idea es extender el programa Erasmus más allá de 2020. Este asunto ayudará a otra de mis prioridades, que es el fomento del aprendizaje de idiomas, de modo que haya cada vez más jóvenes que hablan al menos dos idiomas europeos además de su lengua materna. Todo ello contribuirá a construir un continente en el que las personas tendrán una mayor sensación de identidad como europeos, así como de los valores relacionados con la cultura y la diversidad.

«El éxito depende en primer lugar de la motivación de los profesores, que tienen que ser excelentes y respetados1»

—Año tras año los países nórdicos son los campeones europeos en materia de educación. ¿Cuál es su secreto?

—La realidad es mucho más matizada. En efecto, Finlandia lleva muchos años obteniendo magníficos resultados en educación, pero recientemente ha sido rebasada por Estonia. Pero no solo son los países nórdicos los que tienen buena nota, y de hecho algunos han perdido algo de terreno según los resultados del último estudio PISA. Al mismo tiempo Portugal y Polonia han progresado significativamente. No hay un único factor que determine el éxito y exportar simplemente las políticas educativas no es solución. Los países miembros pueden aprender los unos de los otros sin que necesariamente suponga copiar como tal el modelo.

De todos modos, hay algunos factores que pueden ayudar al progreso de los sistemas educativos. En primer lugar el éxito depende de la motivación de los profesores, que tienen que ser excelentes y respetados. Esto es lo más importante, máxime cuando hay mucho profesorado de edad avanzada en toda Europa, por lo que será necesario hacer nuevas contrataciones a medio plazo. En segundo lugar, aquellos países que han invertido en educación preescolar de calidad tienen después mejores resultados en los ciclos educativos posteriores, y en general en la vida. Y, finalmente, excelencia y calidad al final van de la mano.

—¿Qué países han hecho los mayores progresos en educación en los últimos años?

—Portugal es un buen ejemplo de avance en la materia ya que estaba por debajo de la media en muchas de las variables que analiza PISA y en los últimos años ha hecho grandes avances. Como España, Portugal tenía elevadas tasas de abandono temprano de la enseñanza, que ahora se están reduciendo. Estonia también se ha puesto entre los países con mejores resultados.

—¿Qué posición ocupa España en el ranking? ¿Cuáles son los retos?

—No hay que limitarse al análisis de los resultados de PISA ya que un sistema educativo es mucho más que eso. PISA es un indicador válido pero no debemos convertirlo en un tótem. En los últimos años el mayor reto logrado por España ha sido el de reducir la tasa de abandono escolar temprano, que alcanzó niveles insostenibles con la crisis. Pese a ello sigue siendo alto, un 19%, aunque ha caído mucho en los últimos años. Esta es una buena noticia porque abandonar la educación obligatoria sin los diplomas básicos lleva a la exclusión social, y no podemos permitir ese destino para jóvenes de tan solo 15 años.

Fomentar la educación vocacional y la educación dual es muy importante, y celebro que España esté dando pasos adelante en esta materia, como la formación del profesorado o un examen común en todo el país para acceder a una plaza de profesor, algo así como un MIRpara profesores. Pero si hay un reto urgente que debe afrontar su país es el de la estabilidad. España necesita urgentemente un consenso nacional para definir un modelo educativo estable. Estuve en el Congreso de los Diputados hace un tiempo y expliqué esta idea a los diputados. El ministro Íñigo Méndez de Vigo está haciendo un gran esfuerzo en este campo. España tiene a su favor que es uno de los países europeos con mayor tasa de educación y cuidados en educación preescolar e infantil. Además, en contraste con la media de la UE, España ha mejorado sus resultados de PISA 2015 en relación a los datos anteriores, con comunidades como Castilla y León como una de las regiones que más ha avanzado. De hecho, hay otros países que están estudiando la forma en que España integra a los menores emigrantes en el sistema o a personas con necesidades especiales, como los ciegos, que en su mayoría estudian en escuelas normales.

«Hay que potenciar la creatividad»

Según algunos estudios en la actualidad no se conocen alrededor de la mitad de las profesiones que serán necesarias en el futuro. El máximo responsable europeo de Educación asegura en relación con este asunto que «no podemos predecir el futuro y por eso no debemos centrarnos exclusivamente en él. Los sistemas educativos necesitan tiempo para adaptarse y nosotros solo podemos hacer nuestros mejores intentos sobre lo que necesitaremos en los próximos 10 o 15 años. Pero hay cosas que los niños y jóvenes necesitarán en el futuro. Sea cuál sea la situación del mercado laboral en diez años necesitará seguro capacidades horizontales como la creatividad, la resistencia, la capacidad para emprender y la de adaptarse a los cambios en el sentido de transformar éstos en oportunidades».

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