Padres e hijos

«La educación es la mejor herramienta para prevenir el consumo de alcohol por parte de menores»

Bosco Torremocha, director ejecutivo de Febe, explica las razones por las que ha disminuido el consumo de bebidas alcohólicas entre la población menor

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—¿Cuáles son las razones que explican que el consumo de bebidas alcohólicas en nuestro país ha disminuidos en la población de 14 a 18 años en los dos últimos años?

—Para contestar a esa pregunta habría que empezar por analizar las razones por las que se produjo un aumento. El consumo por parte de los menores de edad, así como los episodios de borracheras y altas prevalencias eran más propios del norte de Europa. Lamentablemente, y durante más de una década, parecía que la tendencia era copiar esos malos hábitos que ahora muestran un positivo, aunque aún incipiente, cambio de tendencia. Las cifras nos dicen que ha descendido el número de menores que beben, que se emborrachan y, además, existe una menor incidencia del botellón, y ha aumentado ligeramente la edad de inicio de consumo.

Desde FEBE (Federación Española de Bebidas Espirituosas) estamos convencidos de que el cambio se debe a una mayor sensibilización y al aumento del peso de la educación. La educación es la mejor herramienta de prevención y sus frutos se ven a medio y largo plazo. Ahora que se invierte la tendencia es cuando hay que poner en valor los esfuerzos y programas de prevención.

—¿Cuál es la mejor «fórmula» de prevenir el consumo de alcohol y otras drogas en los menores?

—No hay atajos ni milagros, la fórmula es la educación y la prevención. Si además se avanza de manera coordinada entre todos los ámbitos de influencia del menor (familia —empezando por los padres y madres cuya función es primordial—, escuela y entorno —sus iguales, el grupo de amigos, el municipio, etc.—) y se buscan sinergías de colaboración público-privada, se aumentará la sensibilidad y se reducirá la tolerancia hacia el consumo por parte de los menores. Si esta apuesta de prevención se realiza a largo plazo la tendencia se consolidará y los datos seguirán mejorando.

—¿De qué manera se puede convencer en el colegio a los jóvenes de que este consumo es perjudicial?

—La escuela es un medio idóneo para aumentar los factores de protección para los menores. La clave es aumentarlos y reducir los factores de riesgo. El papel del colegio ha pasado a ser clave por las debilidades de la conciliación y de la vida moderna en la que todos vamos muy deprisa y en la que muchos padres no encuentran tiempo ni para educar a los hijos.

—¿Desde qué edades es conveniente hablarles de estos temas?

—Naturalmente depende de cada caso. No podemos generalizar como tampoco conviene proyectar la idea de que todos los menores beben y se emborrachan. Los datos están ahí, y son graves, pero generalizar no ayuda a enfocar adecuadamente el problema.

Hay que ir caso por caso, pero siempre es recomendable empezar a hablar antes de que se produzca el inicio del consumo —la media en España ronda los 14 años—. Lo importante es educar y aprovechar cualquier ocasión para ello, cualquier tema es bueno para buscar la oportunidad de hablar con nuestros hijos.

—¿Cuál es el discurso que se les ofrece?

—Para cambiar hábitos lo más importante es partir de percepciones correctas, aumentar la información, explicar las consecuencias del consumo a esas edades en las que física e intelectualmente se están formando.

No basta con decir es ilegal o está prohibido, pero cuando se establece un diálogo y se apuesta por la información los resultados mejoran.

Nosotros colaboramos con la Fundación Alcohol y Sociedad cuya labor se centra fundamentalmente en la prevención del consumo de alcohol por menores en el ámbito escolar. Tras más de 2 millones cien mil formaciones a escolares de 12 a 18, la respuesta a la prevención es clara, 7 de cada 10 menores nos dicen que van a dejar de beber.

—¿De qué forma debe la familia apoyar estas acciones? ¿Cómo pueden contribuir los padres a reforzar los comportamientos adecuados?

—La familia no sólo debe limitarse a apoyarlas, sino que debe ser consciente que cuanto mayor es la implicación de los padres mejores son los resultados.

En las miles de charlas con padres que organizamos todos los años se pone de manifiesto que gestionar bien las aficiones, horarios de salida, grupo de amigos y fomentar el deporte y las habilidades, o pasar más tiempo con los hijos, son la mejor manera de reforzar comportamientos adecuados.

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