En la imagen, el sociólogo Julio Iglesias de Ussel (izquierda) y Elio A. Gallego, director del Instituto Ceu de Estudios de la Familia
En la imagen, el sociólogo Julio Iglesias de Ussel (izquierda) y Elio A. Gallego, director del Instituto Ceu de Estudios de la Familia

«No es verdad que la familia se resquebraje»

El sociólogo Julio Iglesias de Ussel asegura que la institución familiar no tiene presencia en la esfera pública de forma deliberada

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«La familia no ha sido nunca en la historia tan importante como en el siglo XXI –asegura con rotundidad el catedrático de Sociología Julio Iglesias de Ussel, uno de los principales investigadores españoles sobre la familia–. Cierto que hay voces de ésta y anteriores generaciones que se empeñan en destacar que las relaciones familiares se han perdido, que están en decadencia... pero, eso, –insiste– ha sucedido siempre, desde el Imperio Romano».

No duda en asegurar que la realidad demuestra «la enorme capacidad de adaptación de la familia, incluso en los momentos más difíciles como la reciente crisis económica». Así de tajante y optimista se manifestó durante la celebración de las Jornada «Familia y sociedad en la España del siglo XXI», organizada en Madrid por la Fundación Ankaria

y el Instituto CEU de Estudios de la Familia. Explicó que, a pesar del buen estado de salud de la familia, «vivimos en una época en la que se favorece la imagen de que esta institución atraviesa una situación crepuscular. Y no es así».

Para demostrarlo hizo acopio de diversos estudios recientes como el que destaca que los jóvenes califican con un 8 sobre 10 las relaciones con sus padres. «Además –apuntó– nunca como ahora ha habido tantas familias cuidando a sus mayores, nunca ha quedado tan patente el colchón de seguridad, tanto económico como emocional, que aporta para aquellos miembros que se han quedado sin trabajo...».

Discurso hostil

El sociólogo lamentó que el discurso social dominante sobre la familia sea «literalmente hostil» y trate de silenciar o evaporar su papel en nuestra sociedad». «La familia no tiene presencia pública de forma deliberada –aseguró–. La sociedad democrática ha llevado al primer plano asuntos como la mujer, el medio ambiente, el consumo... La familia no tiene un hueco, y necesita estar en la agenda pública para que se tengan en cuenta sus demandas y sean cubiertas con acierto».

En su opinión, esta ausencia en la agenda pública se debe a dos factores principales: «la creencia de que en el franquismo hubo una importante política familiar, lo que no es verdad; y, en segundo lugar, a la presión de los movimientos feministas en la actualidad».

Ante esta situación, consideró que es un problema «que no se organicen asociaciones o instituciones más potentes para lograr su presencia en la esfera pública».

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