María Frisa, psicóloga clínica y autora de la serie de libros «75 consejos para sobrevivir...»
María Frisa, psicóloga clínica y autora de la serie de libros «75 consejos para sobrevivir...» - ABC

María Frisa: «El humor es algo que vamos perdiendo conforme crecemos, los niños lo identifican enseguida»

La autora aragonesa ha vuelto a publicar un libro de la serie «75 consejos para sobrevivir...», un año después de su linchamiento en las redes

MADRID Actualizado: Guardar
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Hace exactamente un año que la escritora aragonesa María Frisa fue víctima de un linchamiento en las redes. Insultos, amenazas y acusaciones de promover el sexismo y el bullying en uno de los libros de su serie «75 consejos para sobrevivir a...». El detonante de la erupción de críticas fue concretamente «75 consejos para sobrevivir en el colegio», un libro dirigido a un público adolescente y escrito en clave de humor, en el que adopta una posición de horizontalidad con respecto a sus lectores –tres patrones que se repiten en toda la colección–.

«La gente popular siempre tiene novio», «No puedes fijarte en otros chicos delante de él porque se pone celoso», «Siempre, siempre tiene que haber alguien con quien meterse, mejor que ese alguien no seas tú», y un largo etcétera de frases similares levantaron ampollas en decenas de miles de internautas que llegaron a emprender una petición en Change.org solicitando a la editorial Alfaguara la inmediata retirada del libro. En unos pocos días cosechó decenas de miles de firmas.

«Llegaron a amenazarme, a mi y a mi familia –explica la autora– me entraban una treintena de mensajes privados insultándome por Twitter». La gravedad de la situación le llevó a apartarse de las redes sociales y, casi, a desaparecer del mapa. Ahora ha vuelto a publicar. Los protagonistas siguen siendo adolescentes, pero eligió el tema inspirada en su propio sufrimiento: «75 consejos para sobrevivir a las redes sociales».

¿Qué pasa con el humor? ¿Por qué está tan sometido a juicio?

Es algo que me sorprende mucho porque cuando los niños leen mis libros no piensan que sean libros serios, saben reconocer el humor y la ironía. Cuando sufrí ese linchamiento mucha gente utilizaba frases totalmente descontextualizadas. Sara (la protagonista) comete errores, pero luego aprende. El humor y la ironía parece que es algo que vamos perdiendo conforme crecemos, porque los niños lo identifican en seguida. Me llamaron padres que habían firmado la petición en Change.org para pedirme perdón y contarme que sus hijos les habían abroncado: «¡Pero mamá, por favor, si esto es de broma!». De todas formas... algo aprendí. Este es el primer libro que hago con consejos en serio –que camuflo en la figura del abuelo utilizando la psicología cognitiva– y además añado: si ocurre algo de esto, consulta con un adulto. Aunque sí sigue habiendo consejos gamberros. Yo no trato a los niños como tontos, ellos saben sacar sus propias conclusiones de lo que leen.

¿Cómo lo viviste?

Muy negativamente. Entiendo que puede haber gente a la que no le gusten mis libros, pero me enviaron mensajes personales insultándome, amenazándome físicamente a mi y a mi familia, eso es lo que yo no entiendo. Por eso digo que lo que sucedió fue un linchamiento. No me refiero a quien firmó la petición en Change.org, porque entiendo que hay gente que ni siquiera se para a mirarlo. Pero quienes me insultaron con tal odio sin haber contrastado las noticias que salen...

«Me enviaron mensajes personales amenazándome físicamente a mi y a mi familia»

Muchos me decían que no se habían leído el libro. Respeto y empatía, por favor. Había padres amenazándome e insultándome y diciendo que vaya ejemplo era yo para sus hijos (se sorprende). Pasé miedo, impotencia, congoja. Decidí apartarme de las redes sociales durante un tiempo y aún así seguían etiquetándome y utilizando mi cuenta, tuve que darla de baja.

La dedicatoria del último libro tiene que ver con esto... («Para los que jamás lanzan piedras. Esas personas que, cuando su punto de vista no coincide con el tuyo, lo expresan con respeto»)

Sí. En todos los libros que he escrito la dedicatoria ha ido dirigida a mi familia, a mis seres queridos. Esta vez, a los que me critican con respeto.

¿Cómo te se prepara un adulto para escribir como un adolescente?

Tengo chivatos (ríe). Cuando empecé a escribir la serie mi hija tenía esta edad. La veía con sus amigos, lo que hacían... y pensé: ¡Con todo esto hago un libro! De hecho «Pollo» (uno de los personajes, el payasete de clase) existe en la vida real. Marina también (la que siempre saca buenas notas y mejor amiga de la protagonista). Sara tiene muchas cosas de mi hija. Ahora hay otra niña que he conocido en las charlas, cuando me documento quedo con ella y le pregunto: ¿que harías si te sucediera esto? ¿Y qué dirías?. Es la única manera de que se vean identificados, tanto en situaciones como en personajes. Hago charlas con adolescentes de carne y hueso. Intento que la protagonista tenga rasgos de todos y que luego existan los típicos arquetipos que hay en cada clase. Por eso creo que si Sara se lo cuenta, ellos van a hacer caso y van a sacar la conclusión de lo que el ocurre.

¿Ayudan las redes sociales a reforzar los arquetipos?

Cualquiera que trate con niños lo ve. En todas las clases existen esos arquetipos. Cuando a uno le gusta el papel quiere reforzarlo y se esfuerza en mantenerlo. Así que sí, se sirven también de las redes sociales para hacerlo.

Uno de los conceptos más recurrentes en el libro es el de la «imagen personal». ¿Qué es para un adolescente su imagen personal?

Antes de utilizar esas palabras dudé mucho. La «imagen personal» es algo que creo que varía enormemente en el tiempo y para un adolescente viene a ser como su popularidad. Su imagen personal es todo, no solo la ropa o el aspecto físico, También el móvil que tienen, la cantidad de amigos, cumpleaños a los que los invitan... A esas edades les importa mucho la opinión que tienen de ellos sus iguales, los «me gusta», en cuantos grupos de WhatssApp están, incluso Instagram... lo utilizan mucho los niños desde quinto o sexto de primaria. De hecho yo me hice instagram a petición suya (ríe).

«La "imagen personal" para un adolescente viene a ser como su popularidad»

Miden la popularidad, que antes era un concepto mas difuso, en los me gusta, en los like. Es una escala más contable. Esto puede provocar que suban fotos fuera de lugar para conseguir más likes, por eso el consejo del libro es : ten cuidado con lo que subes porque va a estar siempre ahí, sin embargo ganar un like ahora no supondrá nada dentro de dos meses. He intentado transmitir que hay que hacer un uso más responsable de las redes.

¿Son los adolescentes conscientes de que el contenido que cuelgan en las redes sociales puede volverse en su contra? Y del alcance que puede tener...

Tampoco los adultos somos conscientes de la repercusión que pueden tener. Creemos que lo van a ver cinco personas pero no se sabe hasta dónde pueden llegar. El espíritu que me ha llevado a hacer el libro es que los adolescentes no hacen caso a los padres porque «son un coñazo», pero si lo leen pueden tomar conciencia de ello al identificarse con la protagonista. Sara advierte por ejemplo: «No hables con desconocidos por Internet». Esto lo puse porque quizá ella les haga pensar, aunque sus padres estarán hartos de decírselo. El espíritu de la trama y la subtrama es que ellos se conciencien de esto. Se supone que la protagonista es un igual suyo...

La protagonista, Sara, sufre las burlas de sus compañeros por una foto que envió al grupo de WhatssApp equivocado. ¿Hay que evitar que los adolescentes manden fotos a los grupos por muy inocentes que sean?

No sé si evitarlo, pero sí tener cuidado. Es la primera vez que al final del libro escribo tres hojas con mi nombre en las que hago mucho hincapié en el bullying. Con las redes sociales ha llegado a niveles muy peligrosos.

«Padres y profesores deben enseñar a los niños a relacionarse tanto en la vida real como en inernet, con respeto y empatía»

No es lo mismo bajarle a un niño el pantalón, que también es horrible pero se va a quedar ahí, que compartir una foto humillante y que la acabe viendo todo el mundo, como le pasa a Sara. Hay cada vez más adolescentes que se suicidan por esto. Hace falta concienciación, también en los centros educativos. Conozco casos de padres que han intentado denunciar el bullying pero no encuentran el apoyo docente, y cuando el alcance es preocupante hay que tomar medidas.

El capítulo 7 se titula: «Lo que no veo pero me afecta». ¿Duele tanto lo que nos ocultan como lo que nos dicen?

Intento hacer reflexionar que estas fotos de las que hablábamos antes, por ejemplo, hacen mucha gracia cuando no eres tú el protagonista. En las redes es muy importante desarrollar la empatía y el respeto y actuar en consecuencia. Si todos nos relacionáramos con esos dos principios las redes no serian el disparate en el que se han convertido. Los linchamientos que hay... sin tener además ninguna responsabilidad sobre ello. Es una función también de los padres y profesores como educadores: enseñar a los hijos a relacionarse tanto en la vida real como en inernet. Mi máxima es: jamás digas algo en internet que no le dirías a esa persona a la cara.

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