Las víctimas de acoso escolar, cada vez menos solas

Según el II Estudio sobre bullying y ciberbullying realizado por Fundación Mutua y Fundación ANAR

MADRID Actualizado: Guardar
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Víctimas de acoso cada vez más jóvenes, pero también menos solas. Estas son dos de las conclusiones principales del II Estudio sobre bulllying y ciberbullying realizado por Fundación Mutua Madrileña y Fundación Anar y presentado esta mañana. Así se extrae del análisis de los 1.207 casos registrados en las llamadas al teléfono ANAR de Ayuda a Niños y Adolescentes y al Teléfono ANAR del Adulto y la Familia, al que según Benajmín Ballesteros, psicólogo y director de programas de esta entidad, «llaman fundamentalmente las madres, porque hacen una escucha más clara a nivel emocional».

Así, del documento se extrae que en 2016 se ha reducido la edad media del acosado a los 10,9 años (desde los 11,6 del informe previo), que el problema sigue afectando en una proporción muy similar a chicos y chicas (casi en un 50%), y que aumenta significativamente el número de víctimas de siete años o menos (en un 14,25% frente al 8,7% del estudio previo).

Pero el estudio revela también un aspecto que Lorenzo Cooklin, director general de la Fundación Mutua Madrileña, califica de «positivo»: Que las víctimas y los testigos de acoso escolar se rebelan más. De hecho, según los datos revelados, más de la mitad de las víctimas y de sus compañeros y amigos (51,8% y un 51,1% respectivamente) se enfrentan al agresor, unos procentajes que en el estudio previo rondaban el 21,2 y el 22,2% de enfrentamientos. «Vamos en el buen camino, porque nosotros pensamos que provocar un rechazo social del entorno del acosado hacia el agresor es la mejor vía para combatir esta lacra», puntualiza.

En opinión de Cooklin, esto se debe a que «el acoso escolar ha ganado en visibilidad en el último año y la víctima está menos sola». Así, ha crecido el número de personas (adultas o menores, pero distintas al profesor) que conocen la situación de la víctima (Un 95,% frente al 40,3% del estudio previo. Aunque, denuncia, «sigue siendo excesivo el tiempo que la persona está callada sin contárselo a nadie, cercano a los 13 meses».

Perfil de la víctima de ciberbullying

Si tenemos en cuenta la referencia de la edad, la víctima de ciberbullying presenta unos rasgos propios, diferentes a las del bullying o acoso presencial. Así, la edad media de este tipo de víctima es de 13,5 años (frente a los 10,9 años de la víctima de acoso físico). Y esta violencia a través de medios tecnológicos afecta más a chicas que a chicos, en una proporción de siete a tres.

Para el director general de la Fundación Mutua Madrileña, este dato cobra especial relevancia en este momento, fecha de Primeras Comuniones, donde muchos niños reciben un móvil a los 9 años. «Quizá sería más recomendable entregar un dispositivo móvil a los 14 años, una edad donde en principio se han acabado las etapas evolutivas, y los chicos son más prudentes, además de tener más herramientas para defenderse».

El hecho de que este acoso se produzca a través de dispositivos móviles, continua Cooklin, hace que «lo que antes se terminaba en patio, ruta o comedor, o en tu casa ahora te siga allá donde vayas: Con el ciberbullying no hay fronteras. Si antes podías darle la espalda ahora no hay refugio».

Para Ballesteros hay otro aspecto importante en el que se debe insistir: «Muchos adolescentes no saben que distribuir fotos comprometidas o piratear una cuenta personal constituyen hechos delictivos». Como tampoco son conscientes muchos padres, advierte el director de la Fundación Mutua Madrileña, de que son ellos los responsables del teléfono móvil de sus hijos. «Si le has comprado el dispositivo, le pagas sus facturas... No es su teléfono, es el tuyo. Por fortuna, ya existe una dinámica judicial contra padres de niños acosadores, que en algún caso tienen que hacer frente a multas económicas de tal calibre que tienen que subastar su casa».

Conclusiones

Por último destacar que los problemas derivados del acoso escolar como la tristeza, la ansiedad y el miedo siguen siendo muy elevados (casi del 90%), tanto en el acoso como en el ciberbullying. «Tanto es así que en el 8,4% de los casos —casi uno de cada diez— la víctima menor de edad llegó a pensar o intentar suicidarse o autolesionarse en su despesperación», señala el director de programas de la Fundación Anar.

Tal y como concluye el director general de la Fundación Mutua Madrileña, «este es un problema social muy presente en nuestro país y todo el mundo debe tener conciencia de que afecta gravemente a la vida futura del niño, y eso, dejando de lado el sufrimiento constante sufrido durante la infancia». Por eso la propuesta de estas entidades pasa por reclamar un «una Ley de Prevención de Violencia en las aulas» y un «Pacto de Estado contra el Acoso Escolar. Estamos hablando de niños. Y pocas cosas merecen tanto la pena cuidar como su infancia».

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