Alberto Varela - Crónicas Atlánticas

«Usted no sabe con quién está hablando»

No hay ni diputada ni diputado que valga más que nadie

ABC.ES

«Que venga Paula», cuentan las crónicas que dijo ante la llegada de la policía el muchacho del gorro verde descrito por vecinos del centro de Santiago como el individuo que estaba provocando daños en los vehículos estacionados en la calle Pitelos. Casualidades de la vida, llegó la mencionada Paula con su acreditación del Parlamento intentando que todo quedase en una anécdota.

No es difícil imaginar el resto del episodio. «Señor agente, soy diputada, que quede así la cosa...». En otros tiempos el policía agacharía la cabeza y saludaría a la autoridad, pero afortunadamente hoy las cosas no son como con Franco, y no hay ni diputada ni diputado que valga más que nadie. Si eres valiente para hacer el vándalo, también tienes que serlo para asumir las consecuencias. Por muchos cargos públicos que conozcas. El acta no da licencia para destruir mobiliario urbano, sólo faltaría que además de pagarles los sueldos tengamos que hacernos cargo de las facturas que dejan en destrozos.

Qué cosas tiene la política, los que empezaron dando lecciones de moralidad acaban ejerciendo su trabajo parlamentario en paseos de madrugada por Santiago. Querían dignificar la vida pública y caen cada vez más bajo. ¿Podría haber algo más ridículo? ¿Se van a volver a atrever a hablar de casta para referirse a los adversarios? Deberían, por cierto, cumplir la amenaza pronunciada en la noche de autos y presentar una interpelación en O Hórreo en la que pregunten a los responsables de seguridad pública por la identificación de jóvenes por romper los espejos retrovisores de los coches. El asunto se merece incluso una comisión de estudio, y así, además de reírnos, los participantes podrían sacar para más parrandas.

Vivir para ver, en pleno 2018 nos topamos con el castizo «usted no sabe con quién está hablando» pero ahora, a diferencia de lo que pasaba décadas atrás, sí lo sabemos. Los agentes se encontraron con una servidora del pueblo que creía que podía utilizar el cargo para proteger a los amiguetes. Afortunadamente somos cada vez más exigentes con nuestros políticos y además a estas alturas nos conocemos todos ya...

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación