Luis Ojea - La Semana

Una reforma necesaria

Va siendo hora de que alguien afronte el problema. Que se opte por un sistema electoral mayoritario y se blinde la capacidad ejecutiva de quien democráticamente haya sido elegido alcalde

El uno por el otro, la casa sin barrer. Unos no quieren, los otros no se atreven y el resto no sabe o no contesta. Y mientras, seguimos y seguiremos sufriendo un sistema electoral y de gobierno en el ámbito local que conduce a la inestabilidad, el desgobierno y la parálisis.

La situación política de Lugo puede resultar un ejemplo clarificador del delirio al que puede abocar el actual modelo . No es ya que no gobierne la lista más votada, una aberración que se repite en multitud de plazas. Es que, además, en este caso la segunda fuerza sacrificó a su cabeza de cartel para asegurarse la investidura, accediendo al chantaje de los grupos minoritarios. Partidos que al minuto siguiente se desentendieron del ejecutivo municipal, condenando a la ciudad a cuatro años de estancamiento.

Un esperpento que sumó esta semana un nuevo capítulo al perder la alcaldesa la cuestión de confianza a la que vinculara la aprobación de los Presupuestos. Un ejercicio de filibusterismo más. En realidad, Lara Méndez era plenamente consciente de que no ganaría la votación . Pero prefiere perder, incluso abriendo la puerta a una eventual moción de censura, porque sabe que no es factible que una operación de esa naturaleza fructifique.

Los que quieren no pueden y los que pueden no quieren. Resulta sorprendente el cinismo en el que se mueven las múltiples marcas de la izquierda radical que conviven en la corporación lucense . Ellos son los que han aupado al poder a Méndez. Los que han sostenido y sostienen su ejecutivo al impedir el acceso a la alcaldía de la fuerza más votada. Pero también los que pretenden que no gobierne.

Y todo ello es perfectamente legal porque nadie ha abierto una reflexión serena sobre las consecuencias de la inestabilidad a la que aboca este modelo electoral. Lugo es solo un ejemplo extremo del despropósito al que se puede llegar. Pero en el desgobierno de Ferrol encontramos un caso también digno de consideración. Y en otros muchos ayuntamientos.

Va siendo ya hora de que alguien afronte el problema. Que se opte por un sistema electoral mayoritario y se blinde la capacidad ejecutiva de quien democráticamente haya sido elegido alcalde. No tiene ningún sentido seguir dejando en manos de las candidaturas menos votadas el poder de bloquear la gobernabilidad .

Una ciudad prodigiosa

Con o sin un gobierno estable, Lugo es, sin duda, una ciudad prodigiosa. Y con o sin mayoría, el equipo de Lara Méndez es capaz de protagonizar proezas sin parangón.

Esta semana trascendía el extraordinario caso del jefe de servicio que lleva 17 años de guardia ininterrumpida . Las 24 horas del día de los 365 días del año. Y así durante 17 años. Y no será porque no haya pedido renunciar a tan loable tarea. Pero resulta que por contrato está obligado a responder al teléfono cada vez que se le llame. Ahora, tras haberse encadenado al ayuntamiento para denunciar su situación, el gobierno local dice haber empezado a estudiar la posibilidad de externalizar esa función hasta que pueda contratar a más operarios que puedan encargarse de esa tarea.

Tampoco es que sorprenda demasiado el caso en una ciudad en la que hace no mucho una cafetera provocó un fallo eléctrico que aisló al concello y a los servicios de emergencia durante casi dos días. El nivel de incompetencia del gobierno municipal es insuperable . Y de ello es tan responsable Lara Méndez como los grupos minoritarios que la auparon al poder, aunque ahora se desentiendan y la hayan dejado en minoría, condenando a la ciudad al desgobierno.

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