El director de ABC, Bieito Rubido, prologa los cuatro volúmenes
El director de ABC, Bieito Rubido, prologa los cuatro volúmenes - Miguel Muñiz

«Manuel Fraga consiguió devolver a los gallegos el orgullo de serlo»

Núñez Feijóo reivindica su condición de «discípulo» del vilalbés y haber recogido su testigo al frente del PPdeG

Santiago Actualizado: Guardar
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«Siento admiración por los países que son capaces de valorar a sus presidentes». Así inició el presidente del Parlamento, Miguel Santalices, la presentación de los cuatro volúmenes —uno por cada legislatura— de discursos parlamentarios de Manuel Fraga. Después de que en las pasadas semanas se estrenasen los libros análogos de Gerardo Fernández Albor y de Fernando González Laxe, este viernes será el turno del de Emilio Pérez Touriño.

Así, en palabras de Santalices el acto de ayer se convirtió en un homenaje a un hombre «con un conocimiento enciclopédico», cuyas intervenciones en la Cámara constituyen «un retrato de Galicia» a través de los casi 16 años que estuvo al frente de la Xunta y dan testimonio de la erudición de un hombre que tenía en la lectura y el estudio una de sus grandes pasiones, «tal vez sacrificada en parte por la dedicación a su actividad política».

El presidente del Parlamento también tuvo tiempo para recordar alguna anécdota con el exlíder popular e hizo balance de su labor como la de una persona con la que «hubo un antes y un después, para mejor, tras su presidencia».

«Un gran parlamentario»

El encargado de prologar los cuatro volúmenes y de acometer parte de la presentación de los mismos fue el director de ABC, Bieito Rubido, que los ponderó como una «reafirmación de la vida y la autonomía de Galicia, una tierra que hoy es capaz de tomar muchas decisiones que no hace mucho tiempo eran impensables». Para el periodista, este acto demuestra «gratitud» con el expresidente, y subrayó que «las sociedades ingratas están condenadas a no avanzar».

En su exposición, Rubido destacó a Fraga Iribarne como un gran parlamentario, capaz de combinar en su justa medida el hecho de ser un intelectual con el ser «un hombre de acción». De su relación más estrecha, recordó que en una ocasión durante unas jornadas en Estrasburgo, poco antes de ser candidato autonómico, le dijo: «Creo que toda mi vida ha sido una preparación para ser presidente de Galicia».

El periodista destacó también el liderazgo natural que ejerció el vilalbés, y el peso político que irradiaba desde Galicia hacia el resto de España, donde «siempre se le pedía opinión sobre asuntos de interés nacional e incluso internacional». Del mismo modo, incidió en que sus jornadas maratonianas de negociaciones con el Gobierno central supieron transmitir una imagen de fortaleza y de que los intereses de la Comunidad siempre estuvieron bien representados en su figura.

Pero Rubido también quiso destacar la mayor sombra de la administración Fraga, que fue el accidente del Prestige, una crisis que entiende que sobre todo afectó a la comunicación de las medidas tomadas en aquellos momentos. Con todo, concluyó reflexionando que el expresidente «consiguió devolverle a los gallegos el orgullo de serlo», una reflexión que repetiría minutos después Alberto Núñez Feijóo.

«Obras y palabras»

Especialmente cariñosa fue la intervención del presidente de la Xunta, que recordó con humor su etapa como mano derecha en el Ejecutivo autonómico. «No sabría decirles las competencias que tenía un vicepresidente de Manuel Fraga, aunque seguro que había algunas. Lo único que sé es que desde que me nombró me empezó a llamar de tú, y antes siempre lo hacía de usted. Así supe que tenía más rango que un conselleiro», bromeó. Feijóo se mostró orgulloso de ser «discípulo» de un hombre que dejó «obras y palabras» en la Comunidad. «La mejor muestra de su importancia es que aquí estamos sus sucesores en aquel momento, tanto en la presidencia de la Xunta —el socialista Emilio Pérez Touriño—, como yo mismo al frente del partido. Estamos los que tenemos que estar», concluyó.

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