Colas de peregrino el pasado verano esperan a cruzar la Puerta Santa
Colas de peregrino el pasado verano esperan a cruzar la Puerta Santa - EFE

Desestresando al Apóstol

El turismo aumenta en la ciudad, donde además cada vez llegan más peregrinos. Las encuestas afirman que no son pocos quienes regresan. En cambio, los datos concluyen que siempre pasan poco tiempo

Santiago Actualizado: Guardar
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A Compostela le han escrito Dante Alighieri, Marco Polo, Ernest Hemingway o Gabriel García Márquez. También numerosas firmas de la literatura española, de Unamuno a Lorca. No falta, claro, en textos de Cela, Valle-Inclán o Rosalía. Es la ciudad icónica de Galicia, la meta de un Camino por el que esta tierra es pronunciada en insólitos rincones del mundo. Marca España. Y, sin embargo, aquí y allá, cuando se habla con representantes y miembros del ámbito cultural, directores de museos, investigadores de distintas instituciones académicas o con representantes vecinales, brota la sensación de cierta potencialidad desaprovechada.

El alcalde de la capital abría hace algunos días, sin demasiado seguimiento, el debate sobre una posible tasa turística. La discusión para muchos es otra.

El turismo aumenta en la ciudad, donde además cada vez llegan más peregrinos. Las encuestas afirman que no son pocos quienes regresan. En cambio, los datos concluyen que siempre pasan poco tiempo y que vuelven a los mismos rincones, casi siempre en torno a la Catedral. Nadie pretende que el santuario del Apóstol deje de ser la referencia, pero hace tiempo que se ha advertido sobre la presión que soporta durante la temporada estival. Con la vista puesta en el Xacobeo 2021, una cita que se espera multitudinaria como nunca antes, surgen voces –como la del Grupo Colmeiro, con el catedrático de Economía Aplicada de la USC Luis Caramés al frente, o el documento del Concello que revisa el Plan Especial de la Ciudad Histórica– e iniciativas dirigidas a desestresar la basílica y sacar a la luz lugares apenas frecuentados.

Compostela Sacra

La Fundación Catedral creó el pasado año la marca Compostela Sacra que indica en esa dirección. Se trata de un proyecto que aspira a gestionar, desde el templo matriz, el patrimonio eclesiástico compostelano. Espacios que carecen de medios suficientes para realizar esta tarea por sí mismos podrán ser ayudados por la Catedral, con el objetivo de favorecer la investigación, conservación, puesta en valor y difusión del tesoro de iglesias, capillas o monasterios y conventos que configuran Santiago desde su origen.

La primera en sumarse a esta programa fue la Colegiata de Sar y su museo, que se había visto obligado a cerrar tiempo antes. De agosto a diciembre pasaron por ella 3.374 visitantes. Son números modestos comparados con los que registra el santuario, pero es solo el inicio. La propia Catedral sirve de modelo. En su museo estuvieron en 2016 más de 187.000 personas, que disfrutaron de alguno de sus recorridos: las colecciones –con un rico y heterogéneo fondo que abarca desde reliquias y tapices de Goya al gallardete de la nao capitana de la Santa Liga en la Batalla de Lepanto–, las cubiertas, las tribunas o las excavaciones. Desde 2010, el museo catedralicio ha crecido en más de 40.000 visitantes anuales, un 30 por ciento en seis años.

El gigante despierta

En la plaza de Azabachería, uno de los accesos al templo del Apóstol, sobresale el conjunto monumental de San Martín Pinario, el monasterio más grande de España después de El Escorial. «No son muchas las ciudades en el mundo que cuentan con un buque insignia como la Catedral de Santiago, pero son muchas menos las que cuentan con dos construcciones tan emblemáticas que abanderen tantas expresiones», apuntó recientemente Carlos Álvarez, rector del Seminario Mayor. Encabeza el resurgimiento de este recinto, donde se forman los sacerdotes del mañana, pero donde hay metros cuadrados para otras muchas propuestas. A lo largo de los próximos meses se incrementarán los espacios visitables y las medidas para elevar unas estadísticas tímidas: estiman que en los mejores días de verano se despachan unas 130 entradas. ¿A quién no le apetecería disfrutar de un concierto en uno de sus claustros en una noche de verano mientras disfruta de un vino de cualquiera de las denominaciones de origen gallegas?

Museos aún desconocidos

La exposición sobre el Maestro Mateo que desde noviembre se celebra en el Museo del Prado ha demostrado que es necesario creer más en los tesoros de una ciudad con habitual autoestima baja. Eso a pesar de que en 2016, en pocos meses, se produjeron tres hallazgos destacados: la pieza mateana encontrada en una de las torres del Obradoiro, el claustro gótico descifrado en la iglesia de Santa María Salomé o la reconstrucción documental de la Real Audiencia del Reino de Galicia.

Al peregrino no le falta atención desde el punto de vista pastoral y asistencial –con el centro de acogida de Carretas inaugurado en 2015 como foco– ni, por supuesto, desde el punto de vista hotelero, comercial o gastronómico, con la ampliación de usos de la Plaza de Abastos en stand by. Pero en lo cultural todavía hay margen para crecer. Si de mayo a noviembre traspasaron la Puerta Santa medio millón de personas, parece escaso que solo se interesaran por el Museo das Peregrinaciones algo más de 34.000, pese a que se encuentra ubicado en la plaza de Platerías y a que la renovación que se efectuó en 2015 hace de él un espacio atractivo y divulgativo sobre dicho tema.

El CGAC anotó casi 42.000 y 22.000 se sintieron atraídos por la Casa del Cabildo, también en Platerías, que alberga exposiciones temporales. La Ciudad de la Cultura, que aspira a integrarse cada vez más en la capital, superó las 632.000 personas. Muy desconocidos son museos como el de Tierra Santa, en el convento de los franciscanos.

Ampliar el entorno jacobeo

La Axencia de Turismo de la Xunta, que dedica un apartado especial a Santiago dentro del plan director del Camino, acaba de lanzar la guía «Lugares jacobeos», que reivindica espacios vinculados a la ruta hoy olvidados. Desde la fuente de la rúa do Franco, el viejo cementerio de peregrinos o la iglesia de San Fiz de Solovio, a otros en los alrededores de la capital gallega. Sobresalen algunos como el Pico Sacro, en Boqueixón, o Padrón, escenarios claves en el relato sobre el traslado de los restos del Apóstol. Al relato actual, parecen que aún le quedan muchas líneas.

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