Puy ve en el «desacato» del Govern una amenaza para la recuperación

La crisis catalana es un asunto interterritorial. Pedro Puy lo dejó patente ayer, cuando señaló la «deslealtad» del independentismo como la «principal» amenaza que acecha a la recuperación de la economía gallega . En su habitual tono magistral, el portavoz popular en la Cámara remitió su aviso a los grupos de En Marea y el BNG, después de que ambas formaciones ofrecieran, también ayer, señales de aliento al «procès».

Puy hizo de su intervención un mapa de contrastes. Por un lado, ensalzó una Galicia que destaca por la «normalidad» en las instituciones y la «responsabilidad» en la gestión diaria, frente al «discurso maniqueo y apocalíptico» de los partidos de la oposición. Una Comunidad que no ha parado de expandir su PIB desde 2013 y que converge como nunca antes con la economía del conjunto de España. Al contrario, está Cataluña, omnipresente a lo largo de toda la jornada en O Hórreo. Para el PPdeG es el territorio que ejemplifica todos los peligros: el que mantiene «cerrado su Parlamento» como consecuencia de la hoja de ruta de los partidos secesionistas.

Aún con todo, Galicia, a pesar de mirar a la recesión por el espejo retrovisor, también ha tenido que hacer frente a las consecuencias políticas de los últimos años. Concretamente, Puy citó el auge del «populismo y el mesianismo» y el cuestionamiento del Estado de Derecho , unos minutos después de que el líder de En Marea defendiera la lucha civil contra las injusticias legales. «¿Quién dice lo que es justo? ¿Un obispo? ¿Un monarca? ¿Un tratado de derecho natural? ¿O le preguntamos a usted porque es juez?», le espetó el popular a Villares, despertando el aplauso de la bancada mayoritaria.

De igual modo, preguntó al BNG si lo que conviene a la administración autonómica es participar de la solidaridad entre territorios o, al contrario, apoyar la «independencia de las regiones ricas de España». «Nosotros miramos a Galicia, a sus vecinos que quieren trabajo digno, un futuro mejor para sus hijos y un sistema de protección social que ayude a quien lo necesita», terminó Pedro Puy perfilando las últimas líneas de su mapa de contrastes.