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El traumatólogo dilató el tratamiento de la deportista - ABC

Condenado por provocar una amputación a una gimnasta

El médico no ordenó que trasladaran a la paciente pese a saber que sufría una grave lesión

Santiago Actualizado: Guardar
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Condenado a dos años de prisión y a una inhabilitación para el ejercicio de la profesión médica un traumatólogo que atendió a una joven gimnasta en Vigo a la que finalmente hubo que practicarle la amputación de una pierna.

La sentencia considera probado que el médico decidió no trasladar de inmediato a la joven para que la interviniera un especialista tras constatar que sufría una importante lesión muscular en la pierna. En su lugar, el facultativo esperó más de 15 horas después de conocer los resultados de la prueba, motivo por el cual el tribunal lo considera responsable de un delito de lesiones por imprudencia grave con pérdida de miembro principal y grave deformidad y lo condena a indemnizar a la gimnasta con 2,1 millones de euros.

Además, entiende adecuados dos años de prisión y cuatro de inhabilitación para la profesión médica del facultativo, «atendiendo, por una parte a la entidad de los hechos y al resultado causado, y por otra a la carencia de antecedentes penales del acusado y el ejercicio de su profesión durante años sin tacha alguna».

Según la sentencia, el traumatólogo obvió la urgencia del cuadro clínico de la joven e incrementó los plazos para su adecuado tratamiento, algo que «influyó causalmente» en la amputación de la pierna.

A partir de la prueba practicada, el fallo recoge que esta «pluralidad de omisiones sucesivas», que incidieron «directa y eficientemente en el desenlace final», son «imputables al acusado y frontalmente contrarias a la lex artis», por lo que le considera autor de un delito de lesiones por imprudencia profesional, con pérdida de miembro principal y grave deformidad.

La paciente afectada, que ahora tiene 18 años y reside en el Reino Unido, superó seis meses de tratamiento psiquiátrico tras este episodio. A pesar de no poder seguir ejerciendo su actividad, la gimnasia acrobática, continúa ligada al deporte, ya que está aprendiendo a correr con una nueva prótesis.

Negligencia médica

La magistrada considera probado en la sentencia que, en febrero de 2015, cuando contaba con 16 años, la joven sufrió un accidente mientras hacía ejercicios en la cama elástica por el que tuvo que ser trasladada inicialmente hasta el Hospital Fátima; donde, tras practicarle una exploración física y otras pruebas, fue derivada al Centro Médico El Castro.

Allí, el médico de guardia la reconoció y puso los hechos en conocimiento del traumatólogo acusado, quien «no consideró oportuno visitarla hasta las 11.00 horas» del día siguiente, apunta la jueza, que mantiene que, en el periodo el que la paciente estuvo a su cargo, el doctor «omitió la realización de pruebas diagnósticas complementarias para descartar lesiones vasculares o que permitiesen su diagnóstico y tratamiento en tiempo idóneo».

En esta línea, subraya que las pruebas no fueron efectuadas «a pesar de que los traumatismos de alta energía en las rodillas llevan asociados, en un gran número de ocasiones, lesiones vasculares en la poplítea»; aunque «en la primera noche y madrugada Desirée Vila se quejó de dolor intenso»; y aún cuando en los informes de enfermería se hacían constar datos clínicos como «edema, escaso pulso pedio y dolor muy intenso».

Así, «no fue hasta el 1 de marzo cuando prescribió el acusado un angio-TC para descartar o confirmar patología tipo obstrucción arterial», dice la jueza, que reprueba que, pese a las sospechas, el doctor "permitió que esta prueba se demorase" hasta última hora de la tarde y, tras obtener un resultado «compatible con la sección de la arteria poplítea», «no acordó, ni solicitó, ni adoptó las medidas necesarias para el traslado inmediato de la paciente».

Con ello, entiende que obvió «la urgencia del cuadro clínico» e incrementó «los plazos para su adecuado tratamiento, en términos que comprometían la viabilidad de la extremidad». A raíz de ello, expone, en Povisa se procedió a una cirugía pero, «dada la imposibilidad de revascularización y la isquemia severa e irreversible de la zona afectada, a Desirée Vila le fue indicada y practicada la amputación supracondílea del miembro inferior derecho el 4 de marzo».

Como consecuencia de todo ello, la joven requirió rehabilitación, revisiones y tratamiento, y le quedaron como secuelas la amputación del miembro -por lo que requiere de prótesis y le fue reconocido un grado de minusvalía del 45 por ciento-, un perjuicio estético importantísimo y trastorno depresivo leve.

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