El líder del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro
El líder del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro - Miguel Muñiz

Besteiro, el barón socialista imputado

Investigado por la juez De Lara por una operación urbanística de hace diez años, se le investiga ahora por seis nuevos delitos

Santiago Actualizado: Guardar
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Los tiempos políticos de José Ramón Gómez Besteiro, líder de los socialistas gallegos, le eran propicios. Su carrera estaba siendo fulgurante. A sus 48 años, ha sido concejal en Lugo, presidente de la Diputación de esta provincia y en septiembre de 2013 daba el salto a la secretaría general de un PSdeG en horas bajas. Además, diversas maniobras internas habían eliminado a posibles rivales para las primarias que en enero debían aupar al candidato a la Presidencia de la Xunta. E incluso el desgaste del PP por la gestión en el Gobierno de España ( y las incógnitas sobre el futuro de Feijóo) le abría la puerta a recuperar el gobierno autonómico gracias a posibles pactos con los nacionalistas y la izquierda rupturista.

Parecía el guión perfecto hasta que el pasado 3 de julio, la juez Pilar de Lara lo imputó por cuatro delitos de presunta corrupción urbanística relativos a la compra y reforma de su vivienda. Desde entonces, la suerte de Besteiro ha cambiado para mal.

Apenas 24 horas después de que Pedro Sánchez proclamara la inocencia de líder de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro, De Lara volvió a irrumpir con dos nuevos autos en los que notifica su imputación en el marco de la denominada operación Pulpo, ambos con fecha 10 de marzo de 2016. En este caso, la magistrada atribuye al líder de los socialistas gallegos los presuntos delitos de cohecho, prevaricación, tráfico de influencias, fraude a las Administraciones Públicas, fraude de subvenciones y delito continuado de malversación de caudales públicos, por los que está previsto que declare el próximo 11 de mayo.

En el primero de los casos, la magistrada, polémica instructora que ha condicionado la política gallega en los últimos años con imputaciones filtradas a los medios que luego quedaban en nada y con macroprocesos que mucho abarcan pero nunca se cierran, atribuye al dirigente socialista el haber recibido trato de favor en la compra de su piso a cambio de votar favorablemente a una recalificación de unos terrenos en O Garañón, una exquisita zona de la capital lucense. Y va más allá De Lara: apunta directamente a que un constructor le pagó la reforma de la misma y que la factura, emitida cinco años después de estar finalizada, solo buscaba maquillar la situación. Besteiro, por su parte, no sólo ha remitido la documentación de sus cuentas y facturas a la juez, sino que las hizo públicas a todos los medios de comunicación.

Cuando se conoció su imputación, Besteiro guardó las formas ante su previsible declaración a finales de julio. Confiaba -con la misma bisoñez que otros políticos que pasaron por su misma situación- que Pilar de Lara lo desimputaría tras conocer sus explicaciones. Lejos de producirse, la juez la aplazó. Y sigue sin fecha conocida. En su propio partido había voces notables que creían que «ya está amortizado como candidato», mientras sus fieles todavía le respaldan públicamente. Es el caso de Pedro Sánchez, que ha defendido su inocencia pese al alto coste que eso le suponía en plenas negociaciones para su investidura.

En el seno del PSdeG, mientras, no han dejado de aflorar estos días los nervios, principalmente por la inexistencia de plan b. Tras el hundimiento del partido en ciudades como La Coruña, Santiago, Pontevedra, Ferrol u Orense, recurrir a políticos locales para sustituir a Besteiro parece descartado. Abel Caballero, el todopoderoso alcalde de Vigo, no dará el paso, si bien es la única voz que ha apoyado la candidatura de Besteiro a la Presidencia de la Xunta. Lo hizo pocos días después de resultar también él imputado en la operación Patos, que instruye un juzgado vigués. El eurodiputado José Blanco ha llegado a ponerse a disposición de lo que el partido necesitara. También sonó en las quinielas la exconselleira del bipartito María José Caride, actualmente concejala en Vigo. Todo pasa por la ciudad pontevedresa, con un Caballero con mucho poder orgánico tras ser elegido presidente de la FEMP y ascendencia sobre Pedro Sánchez. Ahora, tras la salida de Besteiro, toca relevo con plan B o sin él.

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