Una alumna de Derecho gana su propia demanda por despido

«No he hecho más que defender lo que creo que es mío», dice Elisa Castiello, que ejerció su propia defensa contra el ayuntamiento de su pueblo, que la cesó tras una baja en verano, cuando trabajaba como socorrista en la piscina municipal para pagarse los estudios

Elena Castiello, alumna de la Universidad de Vigo CEDIDA

ABC.ES

Este jueves, esta alumna leonesa, todavía sin una red de contactos estrecha en Vigo, fue recibida en clase con felicitaciones de sus compañeros de aula y profesores. «Vaya monstrua; aún no tienes el título y ya has ganado tu primer juicio», apunta, era el comentario más repetido en su aula. A sus 22 años, Elisa Castiello, estudiante de 4º del grado de Derecho en la Facultad de Ciencias Jurídicas y del Trabajo de Vigo, rechazó un abogado de oficio, eligió representarse a sí misma y ha ganado la demanda por despido improcedente interpuesta contra su empleador, el Ayuntamiento de Crémenes (León). «Ya que estoy estudiando tanto y dedicando tantas horas, vamos a ponerlo en práctica», dice que pensó. «Y allí que me fui: redacté una demanda como buenamente pude y allá fui».

El Juzgado de lo Social Número 2 de León ha estimado parcialmente su exposición y declarado improcedente su cese, ejecutado el pasado julio, cuando se reincorporó a su puesto como socorrista en la piscina municipal tras una baja médica, que acortó a una semana frente al mes y 20 días inicialmente previsto en el parte médico. «Regresaba del trabajo a casa en moto, me salieron unos perros y casi me mato», relata. «Cuando me reincorporé había otra chica en mi puesto. Estuve dos días trabajando con ella. Me puse en contacto con el alcalde para saber qué pasaba y no me respondió. A los pocos días, el 31 de julio, el día de mi cumpleaños, me llamó a su despacho y me despidió, alegando bajo rendimiento continuado », cuenta Castiello.

El trabajo de los meses de verano es una fuente de ingresos vital para el mantenimiento de sus estudios y Castiello seguirá adelante en su reclamación, con un recurso de reposición para obtener una indemnización por daños y perjuicios por el tiempo que no ha podido trabajar (rechazó el empleo que desempeñó durante los tres veranos anteriores en una localidad próxima y que le garantizaba ingresos durante julio y agosto para aceptar la oferta del Ayuntamiento de Crémenes). «Ahora, sin los ingresos de agosto, estoy haciendo malabares», afirma la joven. Los 1.500 euros que reclama, indica, se corresponden con el salario que no ha podido obtener en el mes de agosto. «Con esa cifra tengo para casi todo el año de matrícula y para parte del alquiler», afirma Castiello, quien, precisamente, trasladó su expediente de León a Vigo buscando precios de matrícula más baratos y gastos diarios más asequibles. Durante el curso pasado en la ciudad castellana, recuerda, trabajó 10 horas diarias de lunes a domingo para poder continuar formándose.

Mientras espera el pronunciamiento de la justicia sobre su recurso, la joven resta importancia a su caso. «Si yo sólo he defendido lo que creo que es mío» , sostiene. Admite los nervios durante la sesión y recuerda entre risas algunos momentos «cómicos». «El juez sonrió cuando le dije que me defendería a mí misma y me dijo de modo irónico 'espero que no le vayan a llamar la atención por vestir la toga antes de acabar la carrera'».

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