¿Por qué Valencia se ha convertido en el centro de la política nacional?

La ciudad de Valencia se ha situado en el centro de la política nacional. En la misma semana, los líderes de los tres partidos nacionales constitucionalistas habrán pasado por la capital del Turia para iniciar la precampaña. El popular Mariano Rajoy y el socialista Pedro Sánchez incluso eligieron el mismo día, aunque con distintas horas: el presidente en funciones visitó Alfafar el miércoles por la mañana, y el candidato socialista protagonizó un mitin por la tarde en Burjasot. Albert Rivera hará lo propio este domingo.

Pero también Unidos Podemos ha situado a la ciudad del Turia en un lugar preeminente en su estrategia de campaña. De los cuatro mítines conjuntos que ofrecerán Pablo Iglesias y Alberto Garzón, uno de ellos será precisamente en Valencia, donde la coalición populista-comunista se presenta junto a los nacionalistas de Compromís para aglutinar todo el voto de izquierdas y superar al PSOE.

Cada partido tiene sus motivos estratégicos para fijarse en Valencia, una provincia que además otorgará el 26 de junio un escaño extra respecto a los que repartió en diciembre por el aumento de población, y que, vistos los pronósticos de las encuestas, puede ser decisivo.

El PP se reconstruye tras los escándalos

Valencia ha pasado de ser un granero de votos clásico del PP a convertirse en uno de sus mayores quebraderos de cabeza por los casos de corrupción tras veinte años de mayorías absolutas. Con todo, el PP siguió siendo la fuerza más votada el 20-D, e incluso recuperó 180.000 votos respecto a las autonómicas de 2015, aunque se dejó buena parte de sus escaños de 2011. Los populares, eso sí, llevan 24 elecciones consecutivas (municipales y autonómicas, europeas y generales) como la fuerza más votada.

Génova ha dejado para después de los comicios la resolución de la crisis con los concejales acusados de blanqueo de capitales y Rita Barberá (en el punto de mira del juez pero no imputada, al menos por ahora). La gestora local ha comenzado a reconstruir el partido y dirigirá la campaña al margen de Barberá y los ediles, con el objetivo de volver a conectar con el electorado valenciano y seguir como la fuerza más votada. Rajoy es consciente de la importancia de la provincia y la Comunidad Valenciana para sus aspiraciones. En la campaña del 20-D ya pasó en dos ocasiones por la región, y todo apunta que ahora repetirá la estrategia.

El PSOE, en riesgo de desaparición

El PSOE valenciano preside la Generalitat al mismo tiempo que se hunde en las urnas. Solo el pacto de gobierno con Compromís logró camuflar el peor resultado de su historia en 2015, pero amenaza con fagocitar las siglas del puño y la rosa. El presidente autonómico y secretario general del PSPV, Ximo Puig, ha iniciado una estrategia para alejarse de Ferraz, enfrentándose a Pedro Sánchez en busca de una mayor autonomía, al estilo del PSC (que tampoco está en su mejor momento, precisamente).

Los roces con Puig explican la presencia de Pedro Sánchez en Valencia, que ha visitado la ciudad dos veces en una semana. La primera, para escenificar una «paz» que nadie se cree, y la segunda para protagonizar un mitin al que su barón valenciano prefirió no asistir. Aún así, Sánchez ha situado como ministra «en la sombra» a la consejera autonómica de Sanidad, Carmen Montón. El PSOE se juega mantener la segunda posición en la Comunidad (en la provincia ya la perdió en diciembre), y acaso su propia supervivencia.

Ciudadanos busca su sitio

Ciudadanos es la cuarta fuerza de la Comunidad Valenciana tras PP, PSOE y Compromís-Podemos. En las autonómicas obtuvo un meritorio resultado que sin embargo no le sirvió para ser decisivo. En diciembre, las expectativas se vieron defraudadas, aunque durante la campaña logró una gran movilización. El partido de Rivera sigue sin encontrar su sitio en la oposición tras la marcha de Carolina Punset a Bruselas, y las disputas internas entre los líderes institucionales y los orgánicos (la «vieja guardia» zaplanista, que desembarcó en Ciudadanos tras salir rebotada del PP) amenazan con fracturar una formación aún muy endeble.

Al mismo tiempo, la Comunidad Valenciana aporta a Rivera dos de sus rostros más conocidos a nivel nacional. De un lado, el actor Toni Cantó, que en esta ocasión liderará la candidatura al Congreso por Valencia sin primarias (en diciembre fue de «dos», tras sumarse a última hora a Ciudadanos, rebotado de UPyD). De otro, la candidata por Alicante, Marta Martín, que ha sido una de las portavoces en esta efímera candidatura. Rivera, recién llegado de Venezuela, abre el fuego este domingo en Valencia con un gran acto.

Unidos Podemos, a por el primer puesto

Valencia también es clave para consolidar el proyecto de Pablo Iglesias. Aquí ha encontrado a su mejor aliada en la persona de Mónica Oltra, vicepresidenta de la Generalitat, el rostro con el que se identifica al Gobierno valenciano fuera de la región, y una de las políticas con más tirón mediático de la historia reciente. Hasta el punto de eclipsar a su socio socialista, Ximo Puig.

Compromís-Podemos-IU quieren volver a hacer una demostración de fuerza en Valencia para el 26-J (en diciembre ya protagonizaron el mitin más multitudinario de la campaña, entonces sin IU), y preparan el mitin conjunto de Iglesias y Garzón, con protagonismo especial para Oltra, en la plaza de toros, otrora talismán de PP y PSOE. Si todo sale según sus planes, la amalgama de populismo y nacionalismo se convertirá tras el 26-J en la opción mayoritaria de la izquierda valenciana. Y no renuncian a adelantar al PP como los más votados.