José Font - Cuadernos de Napoleón

Los palos del Ayuntamiento

«Ahora la esencia de la Falla no la podemos buscar en la plaza del Consistorio, debemos acudir a las calles y barrios de toda la vida»

José Font
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Sí, este año sin duda, los valencianos vamos a disfrutar como nunca, cuando la falla de la Plaza del Ayuntamiento y su homónima infantil, ardan, ardan de verdad. Lleva el Gobierno local de Compromís y los socialistas, dos años ofreciendo a los habitantes de la ciudad del Turia y a todos los turistas, unas fallas municipales de índole vanguardista que empiezan a tocarnos las narices de una manera brutal. Ahora la esencia de la Falla no la podemos buscar en la plaza del Ayuntamiento, debemos acudir a las calles y barrios de toda la vida de Dios donde sus juntas continúan apostando por el verdadero sentido del arte fallero. Nuestro consistorio ha optado por la ridiculez y por la invención.

Su ignorancia ante el mundo fallero es tal, que son inconscientes de que el arte de la Falla no acepta bien la improvisación y la innovación. Muchos meses de trabajo, de diseño y de esfuerzo se esconden detrás de una falla tradicional. Pero a Ribó y a Fuset, les falta esa sensibilidad, también…

Ya saben, la política de los amiguetes no tiene color, el azul, el verde, el rojo, el naranja, el morado, allá donde gobiernen los caudillos, siempre habrá un amiguete artista que exponga su obra, aunque ésta, exenta de calidad y significado, suponga una cuantía generosa para sangrar más las arcas municipales y sin que sirva de nada para su cometido.

¿Era realmente necesario el año que las Fallas se abren al mundo como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, plantar semejante alegato a la envidia y darles gato por liebre? ¿Se imaginan celebrar la Feria de Abril y en vez de repartir rebujito a los sevillanos y a los de foráneos, se les entregue en las casetas entre canciones bávaras, jarras de vodka? Pues eso es lo que hemos ofrecido, señoras y señores, a los turistas, una auténtica falacia. En la Plaza del Ayuntamiento, hemos mostrado a todo el universo, una arquitectura efímera de dos alegorías de artes nobles como la carpintería y como la fontanería.

No quiero con ello, desmerecer la obra de madera, me gusta. Es impecable en su composición y artísticamente quedaría bien en una de las maravillosas rotondas que tenemos en Valencia y en las ciudades limítrofes. ¡Ni Hergé hubiera soñado con una maqueta de su cohete espacial para Tintín, tan perfecta! Así que Señor Ribó, Señor Fuset: sálvenlas, no las quemen, guárdenlas para coronar plazas y calles, pero no dejen que retransmitan por televisión la Cremá con semejante insulto a las Fallas. No se rían más de nosotros. Gracias.

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