Carreteras

Fomento alerta de un retraso de una década en las obras del acceso norte a Valencia por bloqueo político

La autovía podría «colapsarse» por la paralización del proyecto de la V-21 para buscar alternativas, que se acordó con los votos de València en Comú, PSPV y Compromís

Vehículos circulando por la autovía V-21 en Valencia ABC

ABC

La suspensión del proyecto de ampliación del acceso norte a Valencia por la autovía V-21 para plantear nuevas alternativas supondría retrasar el inicio de las obras una década y el colapso de la vía por el incremento de los tráficos, según han advertido desde el Ministerio de Fomento. La tramitación del proyecto actual, pendiente solo de que se adjudique el contrato para el inicio de las obras, ha durado diez años.

En un comunicado, el ministerio expresa su sorpresa por la iniciativa aprobada ahora para paralizar las obras de la ampliación de la V-21 con los votos de València en Comú, PSPV y Compromís en el Pleno del Ayuntamiento de Valencia, justo cuando están a punto de comenzar las obras y después de que las mismas formaciones aprobaran en 2015 una moción de apoyo a este proyecto

Las proyecciones sobre la densidad de tráfico estiman, para dentro de diez años, una intensidad media diaria de vehículos en los accesos a la V-21 de 82.600, lo cual colapsaría la vía si no se acometen este trabajo de ampliación, según las mismas fuentes.

Perder 29 millones

Además, si la obra no se llevara a cabo, la inversión de 28,99 millones de euros se destinaría a otras actuaciones en desarrollo en cualquier punto de España por parte del Ministerio de Fomento. Si se paraliza el proyecto y se estudian otras alternativas, habría que iniciar de nuevo la tramitación y completar todo el proceso administrativo: habría que anular la licitación; elaborar un nuevo estudio informativo donde se definan todas las alternativas; someterlo a información pública para que se puedan presentar alegaciones; obtener la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) y desarrollarla a nivel de proyecto; redactar uno nuevo de trazado que también tendrá que someterse a información pública; aprobarlo y redactar el proyecto de construcción. Una vez completados todos estos trámites habría que licitar las obras y adjudicarlas, han recordado las mismas fuentes.

Paradójicamente, las mismas formaciones políticas aprobaron en 2015 una moción de apoyo a este proyecto y, en el caso de Compromís, presentó tanto en el Congreso como en el Senado una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado de 2017 para que se incluyera una partida para mejorar y ampliar la V-21.

La iniciativa también busca paralizar la ampliación de la V-21 por el impacto en la huerta, a pesar de que el momento para hacer alegaciones a un proyecto es cuando se encuentra en trámite de consultas. Esta infraestructura fue sometida en su momento a consultas y se remitió a todos los organismos, instituciones, empresas y asociaciones. Ninguna de las alegaciones recibidas en la fase de información pública se opuso a la construcción de esta infraestructura y todas sus apreciaciones se tuvieron en cuenta en la redacción del proyecto, que obtuvo Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable .

«Pedir que se paralicen las obras justo cuando van a empezar y después de haber tenido diez años para realizar alegaciones es incomprensible», subrayan desde Fomento, además de poner el acento en que «el plan de participación pública del estudio de integración paisajística, incluido en el estudio de impacto ambiental y que tuvo en consideración el Plan de Acción Territorial de la Huerta de Valencia , no obtuvo respuestas para poder hacer siquiera un análisis de resultados».

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