Joan Carles Valero - LETRAS EXPECTATIVAS

«Storytelling» del «procés»

Los periodistas independentistas llevan cuatro años de apretón. Por pura supervivencia, porque quien más quien menos teme perder su empleo o ver mermados sus ingresos

Joan Carles Valero
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El periodismo estadounidense siente que ha fracasado completamente por la cantidad de publicidad que ha regalado a Trump. Lo ha dicho Dan Gillmor en el VI Congreso de Periodistas de Cataluña. El periodismo catalán, en especial el que practican los medios públicos que pagamos entre todos, también ha fracasado porque está políticamente dopado e ignora a la mitad de la sociedad. El congreso de la profesión que se celebró el viernes en Barcelona ha sido una nueva prueba de la existencia de un alarmante sectarismo entre los periodistas catalanes, al no ser invitados aquellos que trabajan en los medios que no publicamos editoriales conjuntos ni aventamos las brasas del independentismo con coberturas mayúsculas. La sobredosis de independentistas y adláteres de la autodeterminación entre los ponentes y las evidentes ausencias de muchos medios, ha provocado quejas, en especial de los digitales, máxime cuando el congreso trató de forma especial ese formato de periodismo.

Los asistentes al cónclave no pudieron escuchar las aportaciones de los profesionales catalanes que trabajamos para medios con sede o delegación en Barcelona, como ABC, pero también El Mundo, Expansión, El Economista, La Razón, e-Notícies, El Independiente, Crónica Global, El Confidencial, Economía Digital, 13TV, Radio Nacional de España, Onda Cero, Cope o las televisiones líderes en Cataluña, Tele 5 y Antena 3. Lo mismo ocurre a diario en las tertulias de la televisión y la radio de la Generalitat. Somos medios que no existimos para el «establishment» de los voceros del «procés», como tampoco existe la Cataluña no independentista.

Los periodistas de los medios públicos practican lo que podría denominarse «procéscracia», lo que viene siendo inflar los informativos con el «storytelling» reciente de la desobediencia a las leyes de nuestro Estado de derecho, pero minimizan, por ejemplo, la agresión a Miguel García, portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de L’Hospitalet.

Los periodistas independentistas llevan cuatro años de apretón. Por pura supervivencia, porque con lo sobredimensionadas que están las plantillas de TV3 y Catalunya Ràdio, quien más quien menos teme perder su empleo o ver mermados sus ingresos, De ahí que apuesten por cimentar la construcción mental del estado catalán. El gobierno de la Generalitat considera a sus medios como la primera infraestructura. Por eso administran la agitación y la propaganda también al 52% de los catalanes que no piensa como ellos. Lamentablemente, llegará el día en que reconocerán su error, como ha ocurrido entre los colegas estadounidenses con Trump. Espero que no sea demasiado tarde.

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