Carlos Saura, durante su presencia en la Seminci
Carlos Saura, durante su presencia en la Seminci - ical
SEMINCI 2015

Saura confiesa que toda su filmografía «es cine musical»

El realizador aragonés, que comenzará en noviembre el rodaje de «La jota», presentó ayer en Valladolid ‘Zonda, folclore argentino’

VALLADOLID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«He hecho más de cuarenta películas, pero se me olvidan. He estado toda mi vida haciendo cine musical, todas mis películas lo son, la música tiene una importancia decisiva y es el único lenguaje universal que existe es la música«. Contundente y sincero, se mostró ayer Carlos Saura en la presentación, fuera de concurso, de ‘Zonda, folclore argentino’, su último largometraje.

La película, estrenada en la 60ª Semana Internacional de Cine de Valladolid el pasado domingo, sigue la estela del género creado por el propio Saura en ‘Bodas de sangre’ (1981), y perfeccionado años después con ‘Sevillanas’ (1992). A títulos como 'Flamenco' (1995), 'Tango' (1998), 'Fados' (2007) o 'Flamenco, flamenco' (2010), donde a falta de argumento son las coreografías audiovisuales las que sustentan la narración, se une ahora ‘zonda, folclore argentino’, un encargo delos coproductores argentinos en el cual realiza «una prospección por la música popular del noroeste del país latinoamericano».

«De niño me gustaba muchísimo el flamenco y las canciones populares, quizá por el recuerdo que siempre tengo de la guerra civil, donde se cantaba en las calles», evocó el cineasta. En su encuentro con los medios, Saura recordó que, en su infancia, durante la guerra y la posguerra, «todos los días» escuchaba a su madre tocar el piano en casa. «Ella había sido pianista profesional, se casó y dejó el piano por sus hijos. Ella tocaba música clásica, Beethoven, Mozart, y algún autor francés como Satie… Cuando tocaba la octava sinfonía de Beethoven por ejemplo yo le hacía el resto de la orquesta, pero mi educación musical se terminaba ahí, porque mi madre se negó rotundamente a que ninguno de sus hijos tocara un instrumento», recordó.

Saura recordó su llegada al género musical en el cine con el rodaje de ‘Bodas de sangre’, un encargo del productor Emiliano Piedra que él rechazó de inicio. «Me propuso hacerla con Antonio Gades y de entrada lo rechacé, porque me daba terror ver todo con paredes blancas y gitanos renegridos. Emiliano me invitó a ver un ensayo de Gades en Madrid, para mí solo en una escuela de danza en la calle Atocha, y para mi vi los espejos de las clases, las barras para calentar, y me pareció una idea preciosa recuperar algo que ya había vivido cuando fui fotógrafo en los festivales de música de Granada y Santander», señaló.

Tras aceptar, recuerda la llamada de su productor habitual francés, Tony Molière, que le preguntó: «¿Es cierto que vas a hacer una españolada? ¿A destruir toda tu carrera?». «Yo me lo tomé como una aventura. Y después de la trilogía con ‘Carmen’ y ‘El amor brujo’ rodé muchas más películas musicales, con o sin argumento», completó.

Saura señaló que, a priori, la idea de rodar folclore no le apetecía demasiado. «Sí me interesaba retomar ritmos maravillosos argentinos, como la zamba o la chacarera, y tratar de modificarlos, bailar algunos que normalmente no se bailan, inventar nuevos pasos... Para mí eso era lo más importante. Me hubiera gustado que lo fuera, pero ‘Zonda…’ no es un documental, no es fiel a la realidad, está todo muy modificado, muy trabajado, muy inventado en algunos aspectos», detalló.

El cineasta confesó la «importancia fundamental» en su tercer rodaje en Argentina (tras ‘El Sur’ y ‘Tango’) de colaboradores como el productor musical, Lito Vitale, y los bailarines santiagueños Koki y Pajarín Saavedra, y explicó que cada vez que afronta un proyecto dentro de este género, intenta hacer «algo diferente». «Comprendo que me puedo repetir, pero lo hago deliberadamente. En Sevillanas, las estructuras de aluminio me permitieron hacer algo muy austero, que no molestara sino potenciara el trabajo de los artistas. Luego fue un milagro contar con Vittorio Storaro para hacer ‘Flamenco’, y él decidió introducir el color, algo a lo que yo no me hubiera atrevido porque pensaba que podía perturbar estas estructuras».

Ver los comentarios