Antonio Piedra - No somos nadie

Lotería del 21-D

«Me pregunto al respecto: ¿pero después del golpe secesionista y de las juventudes hitlerianas van a salir el 21-D los mismos resultados? Aquí algo no casa...»

ANTONIO PIEDRA

Seguimos en el mundo paralelo de los cuentos que es el mago de Oz. Como ya no creo a pies juntillas lo que escribía Gracián en el Criticón -que «el estiércol de Castilla es ámbar en Aragón»-, pido cosas elementales: un fin de semana Valladolid-Bruselas con todo pagado como los separatistas de Cataluña. ¿De dónde sacarán tanto dinero? Quiero hacer lo que ellos hacen siguiendo a «La dama boba» de Lope que en estos días triunfa en Madrid con una magnífica versión de Alfredo Sanzol a cargo de unos fabulosos artistas: «obedecer las leyes de no estorbar» mis planes. Y ante todo, quiero llegar al 22-D sin las cuentas del 21-D: quién va a ganar el gordo en esta farsa sacando el escaño que haga de las matemáticas cortinas, que dice La dama boba.

Como estamos en el jolgorio que prefieren en mi pueblo -holgad, gallinas, que el gallo está de vendimias-, pues hoy me admiran los de Lepe porque en cada casa hay un experto en economía imaginativa. Me han dicho que los leperos en estos instantes -mientras Rull habla en los mítines de los cuescos y flatulencias de Estremeras-, sólo hacen cuentas con el gordo del 22-D. Totalmente de acuerdo. No me interesa la lotería del 21 sino el gordo del 22. Las cuentas del 21-D se quedan para los políticos y tertulianos que te meten el 155 en el bolsillo como si fuera el décimo mágico que previamente han pasado por la chepa de doña Manolita.

Me pregunto al respecto: ¿pero después del golpe secesionista y de las juventudes hitlerianas van a salir el 21-D los mismos resultados? Aquí algo no casa. Como hombre de letras, admito que no se me dan bien la matemática superior y la física cuántica. Pero me hago una idea remota de la teoría de la relatividad de Einstein y me pregunto: ¿y si todo lo concerniente al 21-D es relativo y hay que repetir las elecciones una y otra vez hasta que los resultados cuadren con el infinito? Y bueno, si encima veo por TVE la jeta de Tardá, la de Rufián o la de Marta Rovira, entonces ingreso directamente en el principio de incertidumbre de Heisenberg, en virtud del cual todo se reduce a una incertidumbre perturbadora, pues una cosa puede ser o no ser y estar en varios sitios a la vez. O sea, lo más parecido al separatismo catalán donde no hay materia sólida a la que agarrarse.

¿Habrán leído en Lepe el principio de incertidumbre? Seguro que sí, compañeros. Lo chusco es que no supone novedad alguna. Ya Ronald Reagan, que sabía del putiferio que circunda las incertidumbres y relatividades políticas, se cachondeaba de este espectáculo basado en una experiencia religiosa que tuvo, precisamente en Lepe, rodando una película del oeste: «se supone que la política es la segunda profesión más antigua de la tierra, y he llegado a la conclusión de que guarda una estrecha semejanza con la primera». Me encanta esta radicalidad norteamericana y lepera: con el gordo del 22-D no partas peras.

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