Fernando Conde - Al pairo

Esperanza

«Es humano querer triunfar y tener éxito, pero es mucho más humano querer aferrarse a la vida»

Dice mi amiga Bea, y con razón, que las noticias sobre avances espectaculares en los tratamientos contra el cáncer -que es una palabra genérica que a los de andar por casa nos sirve para designar lo que los científicos dividen en doscientos términos específicos- no tienen gran repercusión ni ocupan portadas en los diarios de información general, porque en muchos casos se quedan en eso, en meras noticias, en pilares de aire sobre los que los enfermos asientan sus últimas esperanzas. Y convendría ser más exquisitos y más serios en este sentido, porque el mundo se mueve a base de esperanzas, que son el único asidero que nos regala el futuro . Por eso y porque, aunque es difícil hoy en día no tener en nuestro entorno más inmediato alguien aquejado de alguna de esas doscientas dolencias, al personal le interesa más si el Fantasma de Flandes va a aparecérsele a la Moreneta o si Ronaldo ha fallado dos goles cantados en el último partido de Champions . Somos así.

Pero esta semana ha sucedido eso. Un equipo del Institut de Recérca Biomédica de Barcelona ha publicado un artículo en la revista «Nature» en el que dan a conocer los avances -en ratones- de la inmunoterapia aplicada al cáncer de colón, el segundo en mortandad. Y los resultados son prometedores, pero en roedores. Es cierto que es una base, pero en estos casos uno se pregunta: ¿por qué no esperar a que esos tratamientos sean no promesas sino realidades una vez aplicados a personas? Quizá haya detrás de todo ello un prurito profesional por ser el primero en anunciar el hallazgo, y es lógico. Pero en ese caso deberían pensar en las miles, decenas de miles de personas a las que les nacen con ello una esperanza que, quizá, no llegue a tiempo, quizá no llegue nunca.

En Salamanca , que no es Barcelona porque tampoco le hace falta, tenemos uno de los centros de referencia a nivel nacional y mundial en la lucha contra el cáncer, el CIC. Qué duda cabe que allí también se están haciendo grandes progresos , y que los equipos de investigación, a pesar de todos los pesares -financieros, de equipamiento y de reconocimiento público y social- están haciendo un trabajo de primer nivel. Pero la prudencia ha de ser norma y la certeza, política de comunicación en este tipo de instituciones. Probablemente así, un hallazgo como el de esta semana sería noticia de portada y apertura de telediario… además de una esperanza cierta y tangible para quienes viven buscando demorar la muerte lo más posible. Es humano querer triunfar y tener éxito, pero es mucho más humano querer aferrarse a la vida. Tener esperanza.

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