Sociedad

Brandilanes, el pueblo con dos horas de agua al día

Camiones cisternas tienen que llenar el depósito de la localidad zamorana para poder abastecer a sus vecinos desde el mes de julio

Brandilanes, Zamora, con problemas de agua ABC

ALBERTO FERRERAS

Cada día sólo se puede abrir el grifo, en el mejor de los casos, de dos de la tarde a diez de la noche , aunque si se vive en la parte alta del pueblo el suministro de agua potable apenas llega durante dos o tres horas diarias . Esa es la situación que viven desde el pasado mes de julio el centenar de vecinos que en verano residen en Brandilanes , una localidad zamorana fronteriza con Portugal.

Aunque el depósito de agua del pueblo se llena con camiones cisterna y en los últimos días con agua suministrada por el Cuerpo de Bomberos, el problema no tiene fácil solución ya que su origen está en las fugas que tiene la red.

«Dicen que consumimos 33.000 litros en seis horas y eso es imposible, tiene que ser porque hay fugas de agua », asegura una de las vecinas del pueblo, Rosa Campesino, que recuerda que en Brandilanes siempre había habido suficiente agua para todos.

El problema les ha obligado a cambiar rutinas diarias como la hora de la ducha, la de poner la lavadora o la de fregar los platos. Los vecinos consideran que el suministro de agua con cisternas «sólo es un parche » y sería necesario atajar el problema de raíz con la renovación de la red local de abastecimiento.

Los más perjudicados por la actual situación son los vecinos de la parte alta del pueblo de Brandilanes, ya que cuando se abre el suministro todos quieren hacer uso y acopio del agua y eso hace que a la parte final de la localidad únicamente llegue agua suficiente a última hora. Ante esa situación, algunos vecinos de la zona alta optan por ir a ducharse a casa de amigos y familiares que viven en la parte baja, mientras que otros marchan a casa de parientes que residen en pueblos cercanos, según detalla Rosa Campesino.

Paradójicamente, Brandilanes pertenece al Ayuntamiento de Fonfría, uno de los más afectados por el mayor incendio que se ha declarado en Castilla y León en lo que va de verano. En él fue necesario soltar una gran cantidad de agua para apagar un fuego intencionado que quemó más de tres mil hectáreas durante el pasado mes de julio y que afectó en su mayoría a terrenos de monte bajo y pasto pero también a arbolado de encina y terrenos de alto valor paisajístico.

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